Ucronía: ¿Y si España se hubiese desintegrado en una guerra civil a la yugoslava? En marzo de 2004 José María Aznar se presentó a las elecciones y logró su tercer mandato consecutivo con la promesa de acabar con ETA. El pueblo le dio una arrolladora mayoría absoluta para hacer frente a los envites nacionalistas. Sin embargo, los primeros meses de su gobierno se vieron salpicados de una imparable espiral de violencia terrorista y de un recrudecimiento de los independentismos en el conjunto de España. En julio de 2005 Aznar declaró el estado de excepción y suspendió el estado de las autonomías para atajar la crisis. Los vascos se negaron a obedecer y su Parlamento proclamó la independencia de Euskadi. Acababa de estallar la guerra civil. Cinco años después la guerra está a punto de acabar. País Vasco, Cataluña y Galicia son independientes. Canarias, Navarra, Valencia y Baleares pueden serlo en breve. España se rompe...
Junto al relato que da nombre al libro hay otras muchas historias, todas con un denominador común: el dolor. Desde el marido que asesina a su esposa infiel para evitar que ella se quede con todo tras el divorcio hasta la joven enamorada que ha sufrido un fuerte desengaño sentimental pasando por el padre de familia desempleado que agobiado por las deudas es incapaz de dar de comer a sus hijas; el niño con síndrome de Down que sufre abusos y humillaciones en el colegio; la fulana anoréxica y drogadicta que se enorgullece de serlo o el venerable hipócrita respetado por la sociedad que lleva una doble vida... Todas estas, y otras muchas, son historias de dolor cotidiano. Aquí no hay final feliz, como en Hollywood. Esto no es un cuento de hadas donde el chico se casa con la chica y son felices y comen perdices. El mundo real no es así. Nadie dijo que la vida fuera justa. Y aquí vamos a leer historias de la vida. Historias de la puta vida.
Junto al relato que da nombre al libro hay otras muchas historias, todas con un denominador común: el dolor. Desde el marido que asesina a su esposa infiel para evitar que ella se quede con todo tras el divorcio hasta la joven enamorada que ha sufrido un fuerte desengaño sentimental pasando por el padre de familia desempleado que agobiado por las deudas es incapaz de dar de comer a sus hijas; el niño con síndrome de Down que sufre abusos y humillaciones en el colegio; la fulana anoréxica y drogadicta que se enorgullece de serlo o el venerable hipócrita respetado por la sociedad que lleva una doble vida... Todas estas, y otras muchas, son historias de dolor cotidiano. Aquí no hay final feliz, como en Hollywood. Esto no es un cuento de hadas donde el chico se casa con la chica y son felices y comen perdices. El mundo real no es así. Nadie dijo que la vida fuera justa. Y aquí vamos a leer historias de la vida. Historias de la puta vida.