Esta obra, que al igual que las anteriores pretende ser un mensaje de paz y una oda a la libertad y a la tolerancia, va dirigida a todos los pueblos del mundo sin importar su credo, raza o religión; pero en especial a esa juventud nueva que está surgiendo, cuyo amor por la humanidad y sus deseos de comprender y conocer son más grande que su miedo al cambio, que tiene otros valores, otras motivaciones, que da más importancia a las relaciones sociales porque ha comprendido que los seres humanos no son simples objetos, que compartir es más importante que poseer y que el individualismo o el egoísmo ciego solo nos llevan a nosotros y a toda la humanidad a su propia destrucción. A toda esa juventud que aunque no haya encontrado aún palabras para expresarse, y su enorme energía no haya encontrado cauce por el que discurrir, posee en sus manos el arma más poderosa que existe, la única que puede salvarnos, el amor, la quintaesencia de la vida, la única fuerza capaz de salvar y regenerar el mundo restaurando esos lazos rotos que desde la Torre de Babel, cuando el espejismo del ego se apodero de nosotros, nos hizo olvidar que todos somos hermanos.
Y a todos mis queridos lectores quiero agradecer con esta nueva obra la fidelidad y el apoyo que me habéis brindado en las anteriores, espero no defraudaros y que podamos seguir mucho más tiempo juntos en este viaje sin retorno hacia ese mundo nuevo que tenemos que forjar entre todos, ese mundo que todos merecemos, simplemente por ser hijos de un mismo y único Dios.
Y a todos mis queridos lectores quiero agradecer con esta nueva obra la fidelidad y el apoyo que me habéis brindado en las anteriores, espero no defraudaros y que podamos seguir mucho más tiempo juntos en este viaje sin retorno hacia ese mundo nuevo que tenemos que forjar entre todos, ese mundo que todos merecemos, simplemente por ser hijos de un mismo y único Dios.