Una historia de conspiraciones, venganzas, amor y odio a fines del siglo XIX en una Guatemala que pretende subir al tren del liberalismo pero que vive sometida al yugo del dictador.
Permitiéndose las licencias históricas que la ficción autoriza, Anabella Giracca mueve con estilo y comodidad a unos personajes atrapados por el deseo, la ira y la impotencia.
Reconocía, hasta con cierta gracia, que las maldiciones gitanas y los falsos presagios eran buena adarga para sobrevivir. Pero esta vez se estremeció por tener que arrinconar sus engaños y leer un destino que la incluiría...
El destino de los dos hermanos y sobrinos del presidente de la República, Julián y Leandro, parece estar marcado por el capricho del Patrón, quien dispone a su antojo de todo y todos los que están bajo su control.
El país que dirige como si fuera su finca se debate entre alcanzar una modernidad que exige el fin de siglo, o aferrarse a la tradición en la que se siente muy cómodo. El clan de gitanos del patriarca Rupa Kari, atraído por los aires de prosperidad, se instala en las afueras de la ciudad de Guatemala. Sus jóvenes están destinados a proveer la fuerza física que ayudará a construir el ferrocarril. El resto de los romaníes atenderá a la población con diversiones y prácticas adivinatorias que incidirán en el desarrollo de los acontecimientos.
Permitiéndose las licencias históricas que la ficción autoriza, Anabella Giracca mueve con estilo y comodidad a unos personajes atrapados por el deseo, la ira y la impotencia.
Reconocía, hasta con cierta gracia, que las maldiciones gitanas y los falsos presagios eran buena adarga para sobrevivir. Pero esta vez se estremeció por tener que arrinconar sus engaños y leer un destino que la incluiría...
El destino de los dos hermanos y sobrinos del presidente de la República, Julián y Leandro, parece estar marcado por el capricho del Patrón, quien dispone a su antojo de todo y todos los que están bajo su control.
El país que dirige como si fuera su finca se debate entre alcanzar una modernidad que exige el fin de siglo, o aferrarse a la tradición en la que se siente muy cómodo. El clan de gitanos del patriarca Rupa Kari, atraído por los aires de prosperidad, se instala en las afueras de la ciudad de Guatemala. Sus jóvenes están destinados a proveer la fuerza física que ayudará a construir el ferrocarril. El resto de los romaníes atenderá a la población con diversiones y prácticas adivinatorias que incidirán en el desarrollo de los acontecimientos.