Siglo XVI. Un galeón de la Armada Imperial parte del puerto de Sevilla con destino a Veracruz, Nueva España. Su objetivo es recoger la carga anual de oro de las colonias y trasladarla a las poderosas arcas de la corona de Felipe II.
Cuando la nave alcanza los límites de las Antillas, pierde la estela de su tropa compañera y cae presa de una extraña bruma durante días. Al desaparecer la bruma los españoles creen recuperar el rumbo y son atacados por unos bárbaros de origen nórdico, los erikures.
A su rescate acuden unas bellas indígenas que les invitan a descansar en la isla más cercana, su isla, Ácana. Un lugar no colonizado por los conquistadores europeos y poblado exclusivamente por mujeres de origen taíno, las jurakanis.
Impresionados por la belleza de la isla y sus habitantes, los españoles no pueden imaginar lo que el futuro les depara.
Cuando la nave alcanza los límites de las Antillas, pierde la estela de su tropa compañera y cae presa de una extraña bruma durante días. Al desaparecer la bruma los españoles creen recuperar el rumbo y son atacados por unos bárbaros de origen nórdico, los erikures.
A su rescate acuden unas bellas indígenas que les invitan a descansar en la isla más cercana, su isla, Ácana. Un lugar no colonizado por los conquistadores europeos y poblado exclusivamente por mujeres de origen taíno, las jurakanis.
Impresionados por la belleza de la isla y sus habitantes, los españoles no pueden imaginar lo que el futuro les depara.