El Génesis, los siete días, la Creación...
Alberto Canen ha encontrado un camino alternativo para dar respuestas a estas y a otras preguntas contenidas en el Génesis. Ha hallado una ruta por la que nadie había transitado antes e invita al lector a recorrerla y a realizar con él sus hallazgos.
El autor ha descubierto que oculto en el fondo de la trama existe alguien.
Alguien que observa, alguien que narra. Alguien que narra lo que observa. Y un lugar, un sitio desde el cual observa.
La ubicación del observador.
La clave de un apasionante rompecabezas.
Clave que puede terminar con la separación entre ciencia y religión.
Alberto Canen ha encontrado un camino alternativo para dar respuestas a estas y a otras preguntas contenidas en el Génesis. Ha hallado una ruta por la que nadie había transitado antes e invita al lector a recorrerla y a realizar con él sus hallazgos.
El autor ha descubierto que oculto en el fondo de la trama existe alguien.
Alguien que observa, alguien que narra. Alguien que narra lo que observa. Y un lugar, un sitio desde el cual observa.
La ubicación del observador.
La clave de un apasionante rompecabezas.
Clave que puede terminar con la separación entre ciencia y religión.