A finales del siglo XVIII nació en Francia la “clase media”. Ésta nunca ha tenido una vida fácil; siempre ha tenido que luchar para que se le reconozca su capacidad para regirse a sí misma. Hoy, doscientos años después, sus enemigos casi lo han conseguido: a diferencia de antes, ya no nos creemos capaces de vivir sin “tutores”.
Espero que este libro, que no se pone al servicio de nadie en particular ni de ningún partido, ayude al lector a identificar a los que, desde siempre, han pretendido mantener a la clase media en un estado de dependencia y sujeción.
Por tanto, aunque este estudio se base en la historia de la clase media, desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, no es un libro histórico, sino “político”. Su lector ideal es aquél que no está especialmente interesado en el pasado, sino aquel que desea saber cómo y por qué el mundo ha llegado a ser lo que hoy es y hacia dónde va la clase media, si ésta no reacciona.
En el mundo hay demasiados “grandes hombres”; hay demasiados legisladores, organizadores, planificadores, conductores de pueblos y padres de la patria; demasiada gente, en fin, que se coloca por encima de la humanidad para regentarla. Demasiada gente que se toma como “oficio” el ocuparse de ella.
Espero que este libro, que no se pone al servicio de nadie en particular ni de ningún partido, ayude al lector a identificar a los que, desde siempre, han pretendido mantener a la clase media en un estado de dependencia y sujeción.
Por tanto, aunque este estudio se base en la historia de la clase media, desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, no es un libro histórico, sino “político”. Su lector ideal es aquél que no está especialmente interesado en el pasado, sino aquel que desea saber cómo y por qué el mundo ha llegado a ser lo que hoy es y hacia dónde va la clase media, si ésta no reacciona.
En el mundo hay demasiados “grandes hombres”; hay demasiados legisladores, organizadores, planificadores, conductores de pueblos y padres de la patria; demasiada gente, en fin, que se coloca por encima de la humanidad para regentarla. Demasiada gente que se toma como “oficio” el ocuparse de ella.