En el siglo XX se dieron más cambios en la vida del hombre que durante el millar de años del Imperio Romano o en los 100.000 años de la Edad de Piedra. Estos cambios se debieron más a los descubrimientos de la ciencia y a los inventos de la tecnología que a las dos guerras mundiales, totalitarismos, genocidios y etnocidios que conmocionaron la primera mitad de la centuria o a la Guerra Fría, durante la segunda mitad, que dividió al mundo entre dos bloques industriales-militares incompatibles y opuestos que se prometían el triunfo de uno sobre la destrucción total del otro; valga decir, capitalismo en Occidente y socialismo en Oriente. Con la ominosa posibilidad de incendiar el planeta, en cualquier momento, en el Armagedón termonuclear, poniendo fin a toda la vida en el planeta. Detrás de cada descubrimiento y cada invento, por lo general, estuvo la genialidad de un gran hombre. Esta novela trata la historia del siglo XX a través del desarrollo de cuatro tendencias del conocimiento humano: la física cuántica, la computación, la evolución y la epistemología, vividas como la saga de un hombre que intentó una síntesis de todas ellas en una teoría psicofísica final, que no sólo explicaría la realidad como es posible conocerla hoy, sino que también permitiría formalizar la participación de la mente humana, por su libre albeldrío, en la construcción de lo real y así del futuro de la humanidad; poniendo, al alcance del hombre, el control de su destino y la oportunidad de acabar con muchos de los males del mundo, alcanzar la paz y una vida digna para cada ser humano, con sólo el consenso de la buena voluntad de los hombres.
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