Intentar versar, aunque fuese someramente, sobre todos los piratas del Caribe, constituiría una quimera. Incluso representaría un trabajo titánico mencionar a los muchos de los que tenemos noticias.
Podríamos decir algo de piratas como Robert Searle de Jamaica, John Morris, Olivier van Noort, el vasco Olabaratz, Edmund Saunders el esclavista; Nathaniel Butler, Lionel Wafer, o los famosos franceses René Duguay-Trouin, Philippe Bequel, François Grognier y Guillaume Le Testu; y muchos más. La cosecha de holandeses es enorme. Y los hay también españoles.
Tal vez se podría haber incluido a piratas nacidos en las posesiones españolas en América. Roberto Cofresí y Miguel Henriquez eran de Puerto Rico. Los famosos Dieguillos Mulatos, que fueron, tres al menos, y cuyas historias se confunden, haciendo que algunos cubanos digan que el suyo, Diego el Grillo, fue pirata hasta los cien años. No, ya que eran tres los Dieguillos, y parece que también mulatos, lo que hace que sus fechorías ocupen un siglo. Uno de ellos, Diego Reyes, era mexicano, de Campeche. Los otros dos parece que sí nacieron en La Habana. Y José Díaz Pimienta fue un pirata cubano, al que quemaron, como hereje o brujo, en Sevilla, España, el 25 de julio de 1720.
También se puede mencionar a muchos de mis paisanos, vascos que usaron sus conocimientos de navegación para saquear barcos de cualquier bandera. Hablaremos de algunos, como Antoine Balanqué, de Bayona y Michel "le basque" de Donibane Lohitzune. En esta ocasión no diremos nada sobre Fermín Mundaca, de Bermeo, que fue el último pirata del Caribe, ya que escribo una novela sobre él, en la que mezclo verdad y ficción. Por cierto, que en la vida de Mundaca, la que se cuenta en Isla Mujeres, Yucatán, hay más ficción que realidad, sobre todo al tratar su muerte.
Y debería tener un trato especial Julián Zulueta y Amondo (El último negrero de Cuba), pero quizá... él, así como otros vascos, el famoso Pedro Larraondo, azote del Mediterráneo, formen parte de otro estudio. He “olvidado” a los hermanos Lafitte, porque sus casos son como el de Cristóbal Colón, que nació en todas partes. En el caso de Jean Lafitte, más que en el de su hermano Pierre, hay tanta leyenda que no se sabe a quién creer. Jean nació en todas partes, siendo vasco, francés, haitiano, inglés y estadounidense. Y lo mismo su historia, que se mezcla tanto con la de Estados Unidos; ya que allí es héroe nacional; que deja de ser un pirata. Conscientemente, no escribo sobre él, ya que parecería que tomo la biografía de diez gentes y hago una extraña mezcla. Si a alguien le interesa, hay mil versiones de su vida y obra, para que guste a todo el mundo.
No se me olvidan las mujeres piratas, porque las hubo, y famosas. Como se trata del Caribe, y parte de la costa de Estados Unidos, no mencionaré a las que operaron en mares de Europa, el Pacífico o el Índico. Nos contentaremos con las de las Antillas. Hay tres que son reales, y una que parece ser leyenda. Anne Bonny, Mary Read y Anne Dieu-le-veut son históricas. Jacquotte Delahaye quizá también, pero hay mucho de ella que no es cierto.
He querido incluir, en este estudio, a Alexander Selkirk y a Pedro Serrano. El primero fue marinero de William Dampier, y Dampier navegó con el famoso Bartholomew Sharp. Esto los conecta con el Caribe, Golfo de México. Pero Alexander no fue famoso en el Caribe, sino en el Pacífico, ya que vivió la vida que daría pábulo a la historia de Robinson Crusoe. Y lo mismo con Pedro Serrano, quien sí fue Crusoe en el Caribe, durante ocho años. Por ello, no he querido dejarlos pasar.
Pirata: Del lat. pirāta, y este del gr. πειρατής (peirates) que procede del verbo peiran = arriesgar, ir a la ventura.
Es una definición muy posible; si bien también hay quien dice que procede de πυρός pyrós, "fuego, porque los piratas del Mediterráneo incendiaban los barcos que asaltaban. Vendría a ser, pues, equivalente a incendiario o pirómano.
Podríamos decir algo de piratas como Robert Searle de Jamaica, John Morris, Olivier van Noort, el vasco Olabaratz, Edmund Saunders el esclavista; Nathaniel Butler, Lionel Wafer, o los famosos franceses René Duguay-Trouin, Philippe Bequel, François Grognier y Guillaume Le Testu; y muchos más. La cosecha de holandeses es enorme. Y los hay también españoles.
Tal vez se podría haber incluido a piratas nacidos en las posesiones españolas en América. Roberto Cofresí y Miguel Henriquez eran de Puerto Rico. Los famosos Dieguillos Mulatos, que fueron, tres al menos, y cuyas historias se confunden, haciendo que algunos cubanos digan que el suyo, Diego el Grillo, fue pirata hasta los cien años. No, ya que eran tres los Dieguillos, y parece que también mulatos, lo que hace que sus fechorías ocupen un siglo. Uno de ellos, Diego Reyes, era mexicano, de Campeche. Los otros dos parece que sí nacieron en La Habana. Y José Díaz Pimienta fue un pirata cubano, al que quemaron, como hereje o brujo, en Sevilla, España, el 25 de julio de 1720.
También se puede mencionar a muchos de mis paisanos, vascos que usaron sus conocimientos de navegación para saquear barcos de cualquier bandera. Hablaremos de algunos, como Antoine Balanqué, de Bayona y Michel "le basque" de Donibane Lohitzune. En esta ocasión no diremos nada sobre Fermín Mundaca, de Bermeo, que fue el último pirata del Caribe, ya que escribo una novela sobre él, en la que mezclo verdad y ficción. Por cierto, que en la vida de Mundaca, la que se cuenta en Isla Mujeres, Yucatán, hay más ficción que realidad, sobre todo al tratar su muerte.
Y debería tener un trato especial Julián Zulueta y Amondo (El último negrero de Cuba), pero quizá... él, así como otros vascos, el famoso Pedro Larraondo, azote del Mediterráneo, formen parte de otro estudio. He “olvidado” a los hermanos Lafitte, porque sus casos son como el de Cristóbal Colón, que nació en todas partes. En el caso de Jean Lafitte, más que en el de su hermano Pierre, hay tanta leyenda que no se sabe a quién creer. Jean nació en todas partes, siendo vasco, francés, haitiano, inglés y estadounidense. Y lo mismo su historia, que se mezcla tanto con la de Estados Unidos; ya que allí es héroe nacional; que deja de ser un pirata. Conscientemente, no escribo sobre él, ya que parecería que tomo la biografía de diez gentes y hago una extraña mezcla. Si a alguien le interesa, hay mil versiones de su vida y obra, para que guste a todo el mundo.
No se me olvidan las mujeres piratas, porque las hubo, y famosas. Como se trata del Caribe, y parte de la costa de Estados Unidos, no mencionaré a las que operaron en mares de Europa, el Pacífico o el Índico. Nos contentaremos con las de las Antillas. Hay tres que son reales, y una que parece ser leyenda. Anne Bonny, Mary Read y Anne Dieu-le-veut son históricas. Jacquotte Delahaye quizá también, pero hay mucho de ella que no es cierto.
He querido incluir, en este estudio, a Alexander Selkirk y a Pedro Serrano. El primero fue marinero de William Dampier, y Dampier navegó con el famoso Bartholomew Sharp. Esto los conecta con el Caribe, Golfo de México. Pero Alexander no fue famoso en el Caribe, sino en el Pacífico, ya que vivió la vida que daría pábulo a la historia de Robinson Crusoe. Y lo mismo con Pedro Serrano, quien sí fue Crusoe en el Caribe, durante ocho años. Por ello, no he querido dejarlos pasar.
Pirata: Del lat. pirāta, y este del gr. πειρατής (peirates) que procede del verbo peiran = arriesgar, ir a la ventura.
Es una definición muy posible; si bien también hay quien dice que procede de πυρός pyrós, "fuego, porque los piratas del Mediterráneo incendiaban los barcos que asaltaban. Vendría a ser, pues, equivalente a incendiario o pirómano.