En el mes de Mayo de 1785, Ronda inaugura su coso taurino. La Real Maestranza de Caballería ha acometido las obras de finalización de la misma con cierta premura, tras el fatídico accidente del año anterior.
Reina Carlos III y entre el gobierno ilustrado hay muchos partidarios de la prohibición de los toros.
En estos días de tanta actividad, aparece de forma inesperada el cuerpo sin vida de María de los Riscos, colgada en la viga de una casa de aperos de un olivar de una familia de maestrantes, a los que ella servía. María era la novia de Isidoro Espinosa, el soldado que provocó el fatídico accidente.
Desde la aparición del cadáver, comienza un relato trepidante con la investigación de esta muerte, llevada a cabo por el sacristán de la Iglesia de Santa María y que está a las órdenes de Fray Diego José de Cádiz, capellán de la Maestranza rondeña.
Por las páginas de la novela aparecen personajes claves en la historia de Ronda como Pedro Romero o don José de Moctezuma, así como todos los enclaves más relevantes de la ciudad que se convertiría en ese momento histórico por méritos propios, tanto en la cuna del toreo como en la ciudad soñada.
El tiempo en el que trascurre la novela son los auténticos años dorados de Ronda.
Reina Carlos III y entre el gobierno ilustrado hay muchos partidarios de la prohibición de los toros.
En estos días de tanta actividad, aparece de forma inesperada el cuerpo sin vida de María de los Riscos, colgada en la viga de una casa de aperos de un olivar de una familia de maestrantes, a los que ella servía. María era la novia de Isidoro Espinosa, el soldado que provocó el fatídico accidente.
Desde la aparición del cadáver, comienza un relato trepidante con la investigación de esta muerte, llevada a cabo por el sacristán de la Iglesia de Santa María y que está a las órdenes de Fray Diego José de Cádiz, capellán de la Maestranza rondeña.
Por las páginas de la novela aparecen personajes claves en la historia de Ronda como Pedro Romero o don José de Moctezuma, así como todos los enclaves más relevantes de la ciudad que se convertiría en ese momento histórico por méritos propios, tanto en la cuna del toreo como en la ciudad soñada.
El tiempo en el que trascurre la novela son los auténticos años dorados de Ronda.