Ochenta años de la fecha cuando estalló el movimiento de Octubre 1934, y es preciso asegurarnos que momentos históricos como éste no permanezcan olvidados ni escondidos.
“La revolución Asturiana se inició en la madrugada del 5 de Octubre de 1934, hasta su rendición el día 18 del mismo mes. Sin la menor duda, fue el hecho más cohesionado y eficaz realizado por el proletariado frente a las derechas que se habían apoderado del gobierno de la República, siendo lamentable que quedara limitado a dicha región, ya que de generalizarse, hubiera podido lograr dar una tónica más radical al régimen, inyectándole un sentido social, determinado por la acción revolucionarias triunfante. De parte de la CNT, todas las referencias señalaron a José María Martínez (muerto en misión del Comité Revolucionario en Sotiello el día 12) como el forjador de la unidad combativa, ya que tuvo que vencer seria oposición de sus propios compañeros para formular un pacto de alianza con los socialistas, debido a la obra desarrollada por éstos, desde el gobierno, de franca y agresiva hostilidad contra el anarcosindicalismo. Pero Martínez, con su tenacidad y argumentos, hizo triunfar sus ideas, lo que vino a impulsar y fortalecer el hecho insurreccional.
El grito de UHP retumbó por todos los confines de Asturias. Los revolucionarios se apoderaron de las principales localidades: Oviedo, Gijón, La Felguera, Sama de Langreo, etc., donde sostuvieron reñidos combates con el ejército. Entre los elementos represivos figuraban el general López Ochoa (republicano y masón) y el fascista del mismo grado, el vesánico Juan Yague. Intervino la aviación bombardeando los reductos rebeldes, las Fuerzas Regulares y el Tercio Extranjero. Hubo bastantes victimas durante la acción, pero mucha más a causa de la represión brutal ejercida después de la rendición.”(1)
Socialistas y anarcosindicalistas se instalaron en sus zonas de influencia, prevaleciendo decisivamente la CNT en Gijón y La Felguera. En diversos lugares se estableció el comunismo libertario.
“Era una revolución popular en la que participaron, reunidos, anarquistas, socialistas, comunistas, republicanos, todo el pueblo en general, que veía la República traicionada y en manos de la reacción. La represión fue también a la medida de lo que había sido la acción popular. Cinco columnas militares convergieron sobre Asturias y León.”(2)
“La revolución Asturiana se inició en la madrugada del 5 de Octubre de 1934, hasta su rendición el día 18 del mismo mes. Sin la menor duda, fue el hecho más cohesionado y eficaz realizado por el proletariado frente a las derechas que se habían apoderado del gobierno de la República, siendo lamentable que quedara limitado a dicha región, ya que de generalizarse, hubiera podido lograr dar una tónica más radical al régimen, inyectándole un sentido social, determinado por la acción revolucionarias triunfante. De parte de la CNT, todas las referencias señalaron a José María Martínez (muerto en misión del Comité Revolucionario en Sotiello el día 12) como el forjador de la unidad combativa, ya que tuvo que vencer seria oposición de sus propios compañeros para formular un pacto de alianza con los socialistas, debido a la obra desarrollada por éstos, desde el gobierno, de franca y agresiva hostilidad contra el anarcosindicalismo. Pero Martínez, con su tenacidad y argumentos, hizo triunfar sus ideas, lo que vino a impulsar y fortalecer el hecho insurreccional.
El grito de UHP retumbó por todos los confines de Asturias. Los revolucionarios se apoderaron de las principales localidades: Oviedo, Gijón, La Felguera, Sama de Langreo, etc., donde sostuvieron reñidos combates con el ejército. Entre los elementos represivos figuraban el general López Ochoa (republicano y masón) y el fascista del mismo grado, el vesánico Juan Yague. Intervino la aviación bombardeando los reductos rebeldes, las Fuerzas Regulares y el Tercio Extranjero. Hubo bastantes victimas durante la acción, pero mucha más a causa de la represión brutal ejercida después de la rendición.”(1)
Socialistas y anarcosindicalistas se instalaron en sus zonas de influencia, prevaleciendo decisivamente la CNT en Gijón y La Felguera. En diversos lugares se estableció el comunismo libertario.
“Era una revolución popular en la que participaron, reunidos, anarquistas, socialistas, comunistas, republicanos, todo el pueblo en general, que veía la República traicionada y en manos de la reacción. La represión fue también a la medida de lo que había sido la acción popular. Cinco columnas militares convergieron sobre Asturias y León.”(2)