Desde 1986, cuando ingresó en la entonces Comunidad Económica Europea, España ha obtenido beneficiosos provechos de las muchas ventajas que le ofrecía su nueva condición de miembro de pleno derecho. Los funcionarios españoles en las instituciones comunitarias han ocupado puestos clave y han dado sobradas muestras de conocer en profundidad el funcionamiento de los organismos supranacionales europeos. ¿Dónde podemos situar los orígenes de ese proceso? ¿Qué ha significado realmente Europa para España? ¿De qué forma la integración europea ha influido en la transición democrática española? Este libro trata de contestar a esas preguntas ofreciendo al lector un enfoque de larga duración. Su hipótesis de partida es que el europeismo español que caracterizó la década de los ochenta tuvo un origen estratificado, que no puede entenderse sin una reconstrucción del debate sobre Europa que se desarrolló a partir de los años cincuenta aún bajo la dictadura franquista. El libro recorre las distintas etapas de este debate a través de un análisis pormenorizado de las posiciones oficiales del régimen y de las que mantuvieron las principales asociaciones europeístas, tanto las impulsadas por el franquismo como las de la oposición. En último término, se trata de ver en qué medida las posiciones mantenidas por los distintos partidos políticos al comienzo de la transición democrática estaban influidas por la etapa anterior, hasta que el enganche al “tren europeo” permitió finalmente a España hacer suyo el modelo de relaciones políticas y sociales basadas en la negociación que los seis países fundadores de la CEE habían inaugurado tras la Segunda Guerra Mundial.
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