Los orígenes o la curiosidad por el pasado siempre ha estado presente en los seres humanos. En Occidente se expresó inicialmente como actividad de coleccionistas de objetos exóticos, durante la Ilustración y la primera mitad del siglo pasado, configurando la actividad de los anticuaristas, que atiborraban objetos antiguos en salas destinadas casi al placer estético o a la mera curiosidad.
El descubrimiento de América enfrentó a Europa con sociedades de cazadores o agricultores de distinto tipo, que evidenciaron la posibilidad de que el pasado europeo reconocido en instrumentos de piedra, pudiera tener similitud con este “otro cultural” encontrado, tomando conciencia de que la antigüedad de la especie humana era mayor que la hasta entonces supuesta.
La obra resume diversos enfoques de la disciplina, para lo cual utilizamos un útil texto de Cristina Belelli.
El descubrimiento de América enfrentó a Europa con sociedades de cazadores o agricultores de distinto tipo, que evidenciaron la posibilidad de que el pasado europeo reconocido en instrumentos de piedra, pudiera tener similitud con este “otro cultural” encontrado, tomando conciencia de que la antigüedad de la especie humana era mayor que la hasta entonces supuesta.
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