Ferran Gallego no se limita en esta obra a relatar la evolución de la extrema derecha en Francia e Italia: este libro es, sobre todo, una minuciosa crónica política de dos naciones decisivas en la construcción de la nueva Europa tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial.
Si las condiciones de los años de entreguerras habían permitido formar una coalición de fuerzas en las que el fascismo resultó dominante, desde 1945 este se enfrentó a una atmósfera cultural hostil que lo deslegitimó, y a unas condiciones de bienestar económico que evitaron la radicalización de los sectores sociales medios en los que el fascismo había basado su popularidad.
Reducido a un proceso de afirmación y resistencia, solo las grandes facturas iniciadas en los años ochenta le permitirían salir de sus espacios de reclusión y alcanzar, a través de los proyectos nacional-populistas, una fuerza capaz de contaminar la cultura política continental y restaurar los valores más profundos del fascismo clásico.
Obra ganadora del Premio Así Fue 2004.