Las relaciones entre Canarias y Guinea Ecuatorial han sido muy poco tratadas en la historiografía, con algunas excepciones y casi siempre inmersas en obras más genéricas sobre el Archipiélago canario y el continente africano. Así pues, nos encontramos ante un tema de sumo interés y de amplio desconocimiento en la sociedad canaria. Canarias, por ser el territorio español más cercano a Guinea Ecuatorial debería ser el que tuviera más fresca su memoria, pero no es así. Se han olvidado en gran medida las circunstancias del primitivo establecimiento colonial en Fernando Poo, y se ha perdido casi totalmente una posible reconstrucción con historia oral para periodos anteriores a la I Guerra Mundial. Nos quedan los testimonios escritos de la época, por ello en el presente trabajo acudimos a varias fuentes, realizando un recorrido por un espacio temporal muy amplio. En casi todos ellos encontraremos como hilo conductor el deseo inherente de reivindicación en la búsqueda de una presencia colonial salpicada de infortunios, en todos los sentidos.
Canarias ha jugado siempre un papel muy importante en las relaciones hispano-africanas, como también lo ha sido para los británicos en primer lugar, así como para los franceses y los alemanes, de forma más secundaria. El Archipiélago canario es el vecino más próximo, aunque su inicial singularidad colonial, lo convierte en un trampolín entre Europa y América. Canarias vive socialmente de espaldas a África, aunque a partir del siglo XIX su economía es deudora de la expansión colonial de los europeos en el continente, sobretodo en la zona subsahariana. Durante estos años, Canarias se convierte en la puerta de entrada a Europa para los africanos . La mayoría de los vapores hacen escala en los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, culturalmente sólo queda de este tránsito la huella de los británicos y la llegada de una numerosa colonia hindú. El África negra parece entonces muy lejana.
Canarias ha jugado siempre un papel muy importante en las relaciones hispano-africanas, como también lo ha sido para los británicos en primer lugar, así como para los franceses y los alemanes, de forma más secundaria. El Archipiélago canario es el vecino más próximo, aunque su inicial singularidad colonial, lo convierte en un trampolín entre Europa y América. Canarias vive socialmente de espaldas a África, aunque a partir del siglo XIX su economía es deudora de la expansión colonial de los europeos en el continente, sobretodo en la zona subsahariana. Durante estos años, Canarias se convierte en la puerta de entrada a Europa para los africanos . La mayoría de los vapores hacen escala en los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, culturalmente sólo queda de este tránsito la huella de los británicos y la llegada de una numerosa colonia hindú. El África negra parece entonces muy lejana.