Me he preguntado tantas veces: ¿qué podríamos aprender los occidentales de los japoneses y de su historia? La respuesta a esta interrogante es algo que puede ayudar a llevar la naturaleza del hombre de vuelta a sus orígenes, que, sin duda, en estos tiempos de crisis debe ser lo primero: recuperar nuestra condición humana.
Hoy en día, no basta con solamente aprender a leer y escribir, también es necesario reflexionar que se convierte ineludible deshacernos de la carga de intelectualismo que muchas ocasiones desarrollamos al escribir de temas académicos o laborales.
Estando en Japón, me di cuenta de mi exceso de paradigmas y esquemas casi incorruptibles. En ese hermoso país encontré que el haiku fue lo que me llevó a una nueva forma de verme a mí mismo y hacer de la poesía, un acto de vida. En un primer momento, realizar la lectura de haiku no fue un proceso sencillo, sin embargo, poco a poco me instó a no querer solamente leerlo, sino también a escribirlo y, con este libro, rindo homenaje a la vida, a nuestro entorno, al milagro de renacer y de aprender a volar.
Matsuo Bashō, uno de los grandes maestros del haiku, decía: “No sigo las huellas de los antiguos, busco lo que ellos buscaron”, entonces, aprender a conocerse es de vital importancia, retomar la visión de los expertos para construir nuestro propia historia.
Esta obra contiene poemas haiku escritos en Japón, en ellos ya no se sigue la forma poética japonesa tradicional (tres versos con 5-7-5 sílabas), sino que se mantiene fiel a ser breves y dar claridad a momentos únicos, inolvidables, que se convierten en tangibles e inevitables circunstancias de la vida.
Hoy en día, no basta con solamente aprender a leer y escribir, también es necesario reflexionar que se convierte ineludible deshacernos de la carga de intelectualismo que muchas ocasiones desarrollamos al escribir de temas académicos o laborales.
Estando en Japón, me di cuenta de mi exceso de paradigmas y esquemas casi incorruptibles. En ese hermoso país encontré que el haiku fue lo que me llevó a una nueva forma de verme a mí mismo y hacer de la poesía, un acto de vida. En un primer momento, realizar la lectura de haiku no fue un proceso sencillo, sin embargo, poco a poco me instó a no querer solamente leerlo, sino también a escribirlo y, con este libro, rindo homenaje a la vida, a nuestro entorno, al milagro de renacer y de aprender a volar.
Matsuo Bashō, uno de los grandes maestros del haiku, decía: “No sigo las huellas de los antiguos, busco lo que ellos buscaron”, entonces, aprender a conocerse es de vital importancia, retomar la visión de los expertos para construir nuestro propia historia.
Esta obra contiene poemas haiku escritos en Japón, en ellos ya no se sigue la forma poética japonesa tradicional (tres versos con 5-7-5 sílabas), sino que se mantiene fiel a ser breves y dar claridad a momentos únicos, inolvidables, que se convierten en tangibles e inevitables circunstancias de la vida.