Esta obra aborda el rol que desempeñaron los agentes internos, la diplomacia y las relaciones internacionales de la Administración Estadounidense en relación con el proceso de negociación de los acuerdos de paz, asimismo de los gobiernos centroamericanos y de la comunidad internacional.
Oscar Martínez Peñate realizó una investigación académica rigurosa, queda evidenciado que los principales obstáculos para lograr la paz en El Salvador fueron la oligarquía salvadoreña y la fuerza armada.
El fin del conflicto armado y el inicio del proceso de democratización eran contraproducentes a los intereses de las familias que formaban la oligarquía financiera salvadoreña y a los militares, la guerra la habían convertido en un negocio fructífero; para estos dos sectores la democratización era el preludio del ocaso de la corrupción institucional del Estado y de la impunidad.
Históricamente la oligarquía salvadoreña y los militares han sido los principales violadores de la Constitución Política, no obstante, se volvieron defensores del ordenamiento jurídico nacional, la ocuparon como estandarte para oponerse a la paz y al proceso de democratización, argumentaban que la depuración y modernización de la Fuerza Armada, la desaparición de los ex cuerpos de seguridad, la creación de nuevas instituciones, etc., iban en contra de la Constitución.
La oligarquía salvadoreña estaba representada por el partido político Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y era encarnada por uno de sus miembros, el presidente Alfredo Cristiani.
La Administración Estadounidense durante la década de 1980 envió más de un millón de dólares diarios para evitar que la insurgencia derrotara a la Fuerza Armada, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se enfrentó a toneladas de pertrechos y a centenares de asesores militares, etc., y no lo pudieron vencer.
Sin embargo, los EE.UU., de 1990 a 1992 tuvieron una participación importante a favor de la salida política a la guerra, y de ser enemigos con el FMLN pasaron a desarrollar relaciones de cooperación para lograr la paz en El Salvador.
La participación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue un éxito, y el proceso de paz salvadoreño se utilizó como parámetro internacional para tratar de resolver conflictos militares.
Oscar Martínez Peñate realizó una investigación académica rigurosa, queda evidenciado que los principales obstáculos para lograr la paz en El Salvador fueron la oligarquía salvadoreña y la fuerza armada.
El fin del conflicto armado y el inicio del proceso de democratización eran contraproducentes a los intereses de las familias que formaban la oligarquía financiera salvadoreña y a los militares, la guerra la habían convertido en un negocio fructífero; para estos dos sectores la democratización era el preludio del ocaso de la corrupción institucional del Estado y de la impunidad.
Históricamente la oligarquía salvadoreña y los militares han sido los principales violadores de la Constitución Política, no obstante, se volvieron defensores del ordenamiento jurídico nacional, la ocuparon como estandarte para oponerse a la paz y al proceso de democratización, argumentaban que la depuración y modernización de la Fuerza Armada, la desaparición de los ex cuerpos de seguridad, la creación de nuevas instituciones, etc., iban en contra de la Constitución.
La oligarquía salvadoreña estaba representada por el partido político Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y era encarnada por uno de sus miembros, el presidente Alfredo Cristiani.
La Administración Estadounidense durante la década de 1980 envió más de un millón de dólares diarios para evitar que la insurgencia derrotara a la Fuerza Armada, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se enfrentó a toneladas de pertrechos y a centenares de asesores militares, etc., y no lo pudieron vencer.
Sin embargo, los EE.UU., de 1990 a 1992 tuvieron una participación importante a favor de la salida política a la guerra, y de ser enemigos con el FMLN pasaron a desarrollar relaciones de cooperación para lograr la paz en El Salvador.
La participación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue un éxito, y el proceso de paz salvadoreño se utilizó como parámetro internacional para tratar de resolver conflictos militares.