Hemos procurado desenvolver de nuevo los singulares acontecimientos de la vida de Cervantes, y retratar con mayor exactitud y dignidad su carácter sublime y su ingenio perspicaz y fecundo, después de haber corrido más de dos siglos que dejó de existir entre los hombres: siendo muy notable que ya era cumplido el primero cuando la filosofía y el buen gusto, triunfando de la envidia y del descuido de sus coetáneos, comenzaron a renovar su memoria con el aprecio de sus obras inimitables, consiguiendo reunir los sufragios de los sabios más distinguidos, y fijar su reputación en el templo de la gloria y entre los demás hombres en tanto que dure en estos la racionalidad, el amor a la ilustración y al estudio de las letras humanas.
Causa admiración ciertamente que Cervantes, el mayor ingenio de su siglo, cuyos servicios militares en las campañas más gloriosas de su tiempo fueron sellados con honrosas heridas y cicatrices, y recomendados por los más insignes caudillos; cuyos trabajos y arriesgadas empresas en el cautiverio le hicieron respetar aun de los mismos bárbaros; cuyas obras y producciones literarias en la paz y en el retiro han sido y serán la gloria de su nación y las delicias del género humano; Cervantes, valiente e intrépido militar en las batallas, arrestado y generoso entre prisiones y cadenas, ameno, sabio y útil como literato, no pudiese despertar la atención de sus contemporáneos viviendo en medio de ellos pobre y necesitado, y muriendo oscura y miserablemente, tal vez zaherido de los mismos a quienes había tratado con excesiva indulgencia; y acaso también llegando la malignidad a criticar hasta la noble liberalidad y beneficencia con que le sustentaban y socorrían sus mecenas y protectores. (Navarrete)
Causa admiración ciertamente que Cervantes, el mayor ingenio de su siglo, cuyos servicios militares en las campañas más gloriosas de su tiempo fueron sellados con honrosas heridas y cicatrices, y recomendados por los más insignes caudillos; cuyos trabajos y arriesgadas empresas en el cautiverio le hicieron respetar aun de los mismos bárbaros; cuyas obras y producciones literarias en la paz y en el retiro han sido y serán la gloria de su nación y las delicias del género humano; Cervantes, valiente e intrépido militar en las batallas, arrestado y generoso entre prisiones y cadenas, ameno, sabio y útil como literato, no pudiese despertar la atención de sus contemporáneos viviendo en medio de ellos pobre y necesitado, y muriendo oscura y miserablemente, tal vez zaherido de los mismos a quienes había tratado con excesiva indulgencia; y acaso también llegando la malignidad a criticar hasta la noble liberalidad y beneficencia con que le sustentaban y socorrían sus mecenas y protectores. (Navarrete)