Las palabras están allí, para ser usadas por aquellos que quieran comunicarse y, también, convertirlas en literatura. ¿Pero qué sucede con esas personas que invierten o confunden una letra con otra? ¿Cuál es el resultado y, sobre todo, cuál es el efecto que produce en los destinatarios que no poseen tal condición? Dasefíos sobre el tecaldo no viene a aclarar tales incógnitas. Simplemente transforma la dislexia en un elemento de humor para contar los episodios de su protagonista, que en este caso, es el propio autor: Alejandro Prado Jatar, ingeniero de profesión que halló en sus letras una pasión dormida que apenas comienza a despertar.
Asistiremos a situaciones inverosímiles, que combinadas con esta suerte de trastorno, nos arrancará una sonrisa ante hechos de la vida misma. Volaremos con la prestigiosa y nueva línea aérea SOBACA; aprenderemos a diferenciar sabiduría y conocimiento para detectar a los mejores candidatos a novios para sus hijas según algunas meretrices; veremos una nueva maravilla de la medicina a través de un “redemio” para curar el engreimiento petulante y muchas relatos más donde el divertimento es la norma. Los invito a disfrutar de este Dasefío sobre el tecaldo de Ajelandro Pardo Tajar, y no se preocupe, que la disortografía no es contasioga.
Asistiremos a situaciones inverosímiles, que combinadas con esta suerte de trastorno, nos arrancará una sonrisa ante hechos de la vida misma. Volaremos con la prestigiosa y nueva línea aérea SOBACA; aprenderemos a diferenciar sabiduría y conocimiento para detectar a los mejores candidatos a novios para sus hijas según algunas meretrices; veremos una nueva maravilla de la medicina a través de un “redemio” para curar el engreimiento petulante y muchas relatos más donde el divertimento es la norma. Los invito a disfrutar de este Dasefío sobre el tecaldo de Ajelandro Pardo Tajar, y no se preocupe, que la disortografía no es contasioga.