La ciencia ficción, es el más grande y más excelso de todos los géneros literarios de todos los tiempos. Acaso alguien puede dudarlo.
Se creó y se acuñó con un único propósito final: que se pudiera dar a luz a la novela que tienes entre tus manos, mi querido lector (o lectora).
La frase anterior tiene un tono más bien engreído y un poco grandilocuente, ¿verdad? Sí, me temo que un poco sí. Pero bueno, eso te dará una idea, mi apreciado lector, de qué va la novela.
¡Ah! ¿Que no? ¿Que no tienes ni idea de qué va esta historia?
Pues de qué va a ser, como dicen la segunda y tercera palabras de esta sinopsis, va de ciencia ficción. Es decir, que la novela cuenta las andanzas del capitán Isaac P. Dulce, natural del planeta Marte, y de los viajes interestelares que se pega por esos mundos del universo. De su tripulación, de sus amigos y enemigos, de las peripecias y cosas extraordinarias que le ocurren y todo lo demás.
¿Cómo dices, mi querido lector?
¡Ah, ya! Sí, claro que sí.
La novela tiene ciencia, además de la buena, y ficción, por supuesto; a raudales.
Además tiene aventura, intriga, misterio, persecuciones, criaturas infernales, situaciones peliagudas, algo de violencia, un poco de erotismo y todos los ingredientes clásicos y necesarios para cocinar una novela como los dioses del abismo mandan.
Hay introducción, nudo, desenlace, epílogo y muchas cosas más. El capitán consigue a la chica, desde luego. O más bien la chica consigue al capitán, según se mire. Los malos acaban pagando caras sus villanías (más o menos), y los buenos... ¿como lo diría?... a los buenos hay que buscarlos un poco. No es que sean malos, al menos no malos del todo, es que son... en fin..., son somo son.
Bueno, tú ya me entiendes. Que te voy a contar que tú ya no sepas. Porque imagino que sabrás lo que es la metaliteratura, ¿no?
Por cierto, no te sorprendas, mi estimado lector, si te encuentras a ti mismo en las páginas de esta novela.
Se creó y se acuñó con un único propósito final: que se pudiera dar a luz a la novela que tienes entre tus manos, mi querido lector (o lectora).
La frase anterior tiene un tono más bien engreído y un poco grandilocuente, ¿verdad? Sí, me temo que un poco sí. Pero bueno, eso te dará una idea, mi apreciado lector, de qué va la novela.
¡Ah! ¿Que no? ¿Que no tienes ni idea de qué va esta historia?
Pues de qué va a ser, como dicen la segunda y tercera palabras de esta sinopsis, va de ciencia ficción. Es decir, que la novela cuenta las andanzas del capitán Isaac P. Dulce, natural del planeta Marte, y de los viajes interestelares que se pega por esos mundos del universo. De su tripulación, de sus amigos y enemigos, de las peripecias y cosas extraordinarias que le ocurren y todo lo demás.
¿Cómo dices, mi querido lector?
¡Ah, ya! Sí, claro que sí.
La novela tiene ciencia, además de la buena, y ficción, por supuesto; a raudales.
Además tiene aventura, intriga, misterio, persecuciones, criaturas infernales, situaciones peliagudas, algo de violencia, un poco de erotismo y todos los ingredientes clásicos y necesarios para cocinar una novela como los dioses del abismo mandan.
Hay introducción, nudo, desenlace, epílogo y muchas cosas más. El capitán consigue a la chica, desde luego. O más bien la chica consigue al capitán, según se mire. Los malos acaban pagando caras sus villanías (más o menos), y los buenos... ¿como lo diría?... a los buenos hay que buscarlos un poco. No es que sean malos, al menos no malos del todo, es que son... en fin..., son somo son.
Bueno, tú ya me entiendes. Que te voy a contar que tú ya no sepas. Porque imagino que sabrás lo que es la metaliteratura, ¿no?
Por cierto, no te sorprendas, mi estimado lector, si te encuentras a ti mismo en las páginas de esta novela.