El primer caso lo podéis descargar GRATIS... (Cada caso se puede leer de manera independiente)
Decenas de miles de lectores en todo el mundo disfrutaron con el caso de Dubái... Ahora te toca a ti...
En su segunda aventura, Francisco viajará hasta Londres y...
Richard Nixton inicia su andadura política en el mejor escenario posible. El Big Ben de Londres. Mientras los periodistas aguardan su llegada, él supervisa el emblemático reloj. Todo ha de ser perfecto para la sesión de fotos que impulsará su carrera. Pero tarda en regresar a la fiesta donde ha de anunciar su candidatura y su equipo corre a buscarle.
Está muerto. Los engranajes del reloj le han devorado, dejando escasas pistas de lo sucedido.
¿Qué ha pasado?
¿Quién ha planeado el magnicidio?
Por suerte, tres trabajadores se encontraban cerca del lugar del crimen. Tres testigos con características muy peculiares.
Uno es sordo, el otro es mudo y el tercero es ciego.
Prólogo de José Antonio Flores Yepes
Blanco es la segunda entrega de esta entretenida y maravillosa mezcla de sabores y colores que nos conduce a una historia increíble, cuyo personaje peculiar es el detective Polillas. Una historia divertida, repleta de giros, caídas y peripecias que nos harán pasar unos ratos en los que la diversión está garantizada.
La empatía al personaje se produce desde el primer minuto, debido a una sinceridad sin precedentes de un peculiar detective, que termina siéndolo por un destino de lo más caprichoso y caótico. Se podría decir, que nos encontramos con la antítesis de un Sherlok Holmes; una definición distinta, magistral a la vez que sencilla, pero con las mismas conclusiones o peripecias de la referencia aludida.
Un relato ameno que nos sabe a poco, que nos engancha desde la primera línea, y conducido en cada capítulo, con gran maestría por el ya consagrado Alexander Copperwhite, marcando una referencia en el mundo literario, con una prolija actividad y mezcla de géneros que le hacen imposible de clasificar.
La mejor introducción a esta novela corta, es la invitación a su lectura, que el lector saque sus propias conclusiones y, en mi modesta opinión, no les defraudará.
Decenas de miles de lectores en todo el mundo disfrutaron con el caso de Dubái... Ahora te toca a ti...
En su segunda aventura, Francisco viajará hasta Londres y...
Richard Nixton inicia su andadura política en el mejor escenario posible. El Big Ben de Londres. Mientras los periodistas aguardan su llegada, él supervisa el emblemático reloj. Todo ha de ser perfecto para la sesión de fotos que impulsará su carrera. Pero tarda en regresar a la fiesta donde ha de anunciar su candidatura y su equipo corre a buscarle.
Está muerto. Los engranajes del reloj le han devorado, dejando escasas pistas de lo sucedido.
¿Qué ha pasado?
¿Quién ha planeado el magnicidio?
Por suerte, tres trabajadores se encontraban cerca del lugar del crimen. Tres testigos con características muy peculiares.
Uno es sordo, el otro es mudo y el tercero es ciego.
Prólogo de José Antonio Flores Yepes
Blanco es la segunda entrega de esta entretenida y maravillosa mezcla de sabores y colores que nos conduce a una historia increíble, cuyo personaje peculiar es el detective Polillas. Una historia divertida, repleta de giros, caídas y peripecias que nos harán pasar unos ratos en los que la diversión está garantizada.
La empatía al personaje se produce desde el primer minuto, debido a una sinceridad sin precedentes de un peculiar detective, que termina siéndolo por un destino de lo más caprichoso y caótico. Se podría decir, que nos encontramos con la antítesis de un Sherlok Holmes; una definición distinta, magistral a la vez que sencilla, pero con las mismas conclusiones o peripecias de la referencia aludida.
Un relato ameno que nos sabe a poco, que nos engancha desde la primera línea, y conducido en cada capítulo, con gran maestría por el ya consagrado Alexander Copperwhite, marcando una referencia en el mundo literario, con una prolija actividad y mezcla de géneros que le hacen imposible de clasificar.
La mejor introducción a esta novela corta, es la invitación a su lectura, que el lector saque sus propias conclusiones y, en mi modesta opinión, no les defraudará.