No hay habitante de Meira que no conozca la tiranía de Juraknar, pues durante años han soportado sus vejaciones, humillaciones y muchos son los que no han sobrevivido. Esperanzados aguardan la llegada de los Hijos del dragón; dos guerreros con fuerza suficiente para hacer frente a tal tirano. Pero cuando Juraknar los encuentra siendo unos recién nacidos, los niños son enviados a la Tierra, donde deberán proseguir su aprendizaje.
Los años han trascurrido y los elegidos son más que consciente de que están preparándose para una gran guerra, mas no deberán enfrentarse solo a Juraknar, pues este ha encontrado a dos chicos tan especiales como ellos: los Hijos de la serpiente.
Esta no es la única sorpresa que aguardan a los jóvenes, pues en sus vidas ha entrado Kirsten, una chica capaz de controlar el fuego, elemento únicamente manejado por Juraknar, algo que los confunde, pero su atracción por ella es tal que no les importa que comparta magia con su enemigo, ni lo que eso pueda significar.
Confundidos entre el amor y su deber, deberán decidir si librar a una multitud de una guerra o comportarse como adolescentes comunes… siempre que puedan evitar conjuros, hechizos y a las extrañas criaturas que los abordan.
Los años han trascurrido y los elegidos son más que consciente de que están preparándose para una gran guerra, mas no deberán enfrentarse solo a Juraknar, pues este ha encontrado a dos chicos tan especiales como ellos: los Hijos de la serpiente.
Esta no es la única sorpresa que aguardan a los jóvenes, pues en sus vidas ha entrado Kirsten, una chica capaz de controlar el fuego, elemento únicamente manejado por Juraknar, algo que los confunde, pero su atracción por ella es tal que no les importa que comparta magia con su enemigo, ni lo que eso pueda significar.
Confundidos entre el amor y su deber, deberán decidir si librar a una multitud de una guerra o comportarse como adolescentes comunes… siempre que puedan evitar conjuros, hechizos y a las extrañas criaturas que los abordan.