¿Qué tiene en común la música con la literatura? En principio, está su sentido del ritmo, la voluntad de transmitir sentimientos y la posibilidad de llevarnos a la dimensión de los recuerdos. No es poca cosa: es la clave de una obra completa. Como en los musicales de Hollywood, el autor establece una amena coreografía con una serie de vivencias donde las letras de las canciones son fragmentos de los diálogos de sus personajes. Así, los temas del britpop ─aquellos que enarbolaron bandas británicas como Blur, Pulp, Oasis y Suede en los años noventa─ son el marco referencial para entender por qué un joven peruano decide viajar a Chile y descubrir y olvidar amores casi de manera simultánea.
Entre país y país él descubrirá que su peregrinaje es la metáfora de su propia trayectoria sentimental.
Con Canciones para escapar, los lectores podrán experimentar la ambivalencia de la música mientras leen: alegría y tristeza, risas y lágrimas a la vez, pero al final de todo siempre una lucha contra el tiempo y la soledad.
Entre país y país él descubrirá que su peregrinaje es la metáfora de su propia trayectoria sentimental.
Con Canciones para escapar, los lectores podrán experimentar la ambivalencia de la música mientras leen: alegría y tristeza, risas y lágrimas a la vez, pero al final de todo siempre una lucha contra el tiempo y la soledad.