Jessica ha cambiado cuatro veces de trabajo en un año y se refugia en el juego polaco de internet para llevar una relación. Arantxa siente una inquietud, está casada y vive del negocio de su marido pero se enamora de uno de sus clientes. Mercè a la par que inquieta se sentía inmersa en una soledad sin descanso, cuando su novio que tiene un accidente la aparta de su lado. La vida de Vanesa se transforma en un enigma monstruoso, se hace dependiente por internet de un amigo que no resuelve sino arrastra con ella sus propios problemas. Raquel tiene una relación insegura con un joven que hace zapatos artesanales. Javier se une a la página del grupo de "Terapias y liberaciones" en que se encuentran todos ellos para intercambiar sus vidas personales. Él está separado pero se da cuenta que ha cometido un error de precipitación. Tamara, Tere, Susana, Reme, Mónica buscan un desahogo al contar sus dependencias emocionales. Hay muchas incongruencias en el amor y nadie se enamora de quien no tiene nada. El amor ofrece una renuncia a cambio de algo mayor, pero ese algo suele ser un mecanismo de autojustificación, donde justificamos el ensañamiento del amor en su víctima y donde es conveniente no arriesgar en tiempos de crisis.
"En los instantes en crisis, la vida aparecía al descubierto en el mayor desamparo, hasta llegar a causarnos rubor. En ellos, yo sentía vergüenza de estar desnuda y la necesidad terrible de cubrirme con lo que fuese. Era una huida y un afán de encontrar una figura o un modelo, que finalmente lo que hacía era precipitarme en las equivocaciones más dolorosas". (...)
"En los instantes en crisis, la vida aparecía al descubierto en el mayor desamparo, hasta llegar a causarnos rubor. En ellos, yo sentía vergüenza de estar desnuda y la necesidad terrible de cubrirme con lo que fuese. Era una huida y un afán de encontrar una figura o un modelo, que finalmente lo que hacía era precipitarme en las equivocaciones más dolorosas". (...)