Oliver, desde la muerte de su madre, es un pequeño huérfano que pasa por mil y una penurias. Desposeído de su condición social al nacer la encuentra al final de la mano del señor Bronlow, y gracias a un medallón de su madre. Oliver sufre los malos tratos en el hospicio que le acogió en su nacimiento, hasta que escapa de su influencia y de su último trabajo como ayudante de sepulturero, para marchar hacia la ciudad de la cual ha escuchado maravillas. El niño llega a la ciudad, una sucesión de laberínticas calles y callejones, y cae directamente en las manos de Fagin y de su banda de delincuentes adolescentes. Allí se inicia en las artes del robo y de la delincuencia callejera, conoce a Nancy, quien como una parte de las mujeres de la época victoriana se gana la vida en la calle. Nancy ayuda a Fagin para recuperar a Oliver, aunque al final de la novela somos testigos de su arrepentimiento. El final feliz es el clásico de cualquier novela en la que el personaje ha de salvar mil y un obstáculos.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.