La pequeña Rosa del Principito es la segunda parte del Principito, basada en una carta que Saint-Exupéry le escribió a su esposa Consuelo, antes de desaparecer para siempre en su última misión de vuelo para la II Guerra Mundial. Aquí se cuenta cómo fue que "la semilla traída de no se sabe dónde" llegó hasta el planeta del Principito. Luego lo que hizo cuando el Principito se fue un año a recorrer otros planetas y su reencuentro.
Las aventuras de la Rosa son tan bellas como la del pequeño Principito. Su autora no quedó satisfecha cuando leyó "El regreso del joven príncipe", pues en la obra, la rosa muere porque nadie la riega. Ella piensa que Saint-Exupéry no lo hubiera escrito de esa manera, pues en la carta que él le escribe a Consuelo le dice lo siguiente: “Consuelo, tú eres mi rosa, eres el amor de mi vida. Te prometo escribir para ti la segunda parte del libro en cuanto termine esta guerra, en la cual la rosa del principito se convertirá en la princesa de mis sueños.”
Abigaíl Suncín, sobrina nieta de Consuelo, dice: "Espero que con este libro haya ayudado a Saint-Exupéry a cumplir la promesa que le hizo a su esposa, quien lo amaba hasta su último momento. Ella siempre habló muy bien de él a su familia. Mi abuela y mi madre me contaban todo lo que ella decía. Creo que Antoine fue el amor de su vida. Y yo espero con esto contribuir un poco a regar la semilla que ellos sembraron en el mundo para que nosotros fuéramos mejores personas".
Las aventuras de la Rosa son tan bellas como la del pequeño Principito. Su autora no quedó satisfecha cuando leyó "El regreso del joven príncipe", pues en la obra, la rosa muere porque nadie la riega. Ella piensa que Saint-Exupéry no lo hubiera escrito de esa manera, pues en la carta que él le escribe a Consuelo le dice lo siguiente: “Consuelo, tú eres mi rosa, eres el amor de mi vida. Te prometo escribir para ti la segunda parte del libro en cuanto termine esta guerra, en la cual la rosa del principito se convertirá en la princesa de mis sueños.”
Abigaíl Suncín, sobrina nieta de Consuelo, dice: "Espero que con este libro haya ayudado a Saint-Exupéry a cumplir la promesa que le hizo a su esposa, quien lo amaba hasta su último momento. Ella siempre habló muy bien de él a su familia. Mi abuela y mi madre me contaban todo lo que ella decía. Creo que Antoine fue el amor de su vida. Y yo espero con esto contribuir un poco a regar la semilla que ellos sembraron en el mundo para que nosotros fuéramos mejores personas".