Tres amigos de 2º de Bachillerato, muy aficionados a las excursiones a castillos en ruinas y a parajes desconocidos, entran en contacto, a raíz de su entrada en una cueva de difícil acceso, con un personaje singular: una mujer bellísima ataviada como un paje medieval y David, el líder del grupo queda subyugado por ella, despertando recelos en su novia, Lucía. Sin embargo, el encanto de Beatriz encubre misteriosos manejos y su pertenencia a un grupo sectario. En parte por imprudencia y en parte por su afán de aventuras, nuestros amigos caen en las garras de este grupo, en el que parecen existir dos tendencias, una más abierta a la que pertenece Beatriz y otra más peligrosa y agresiva. Beatriz siempre les apoya y muestra gran admiración por David, por su excelente forma física, ya que es capaz de escalar, bucear y salir airoso de situaciones complicadas.
En un momento dado, aparece un cuarto personaje, Mario, un hombre de indefinible edad, que parece muy interesado por seguir los manejos de la secta y que descubierto y apresado también, se integrará en el grupo, ayudándoles con su sabiduría a superar circunstancias difíciles.
En medio de la acción, va quedando patente para los jóvenes que tanto los sectarios moderados, con la bella Beatriz a la cabeza, como los integristas y, su nuevo amigo Mario, van tras la pista de un codiciado objeto desaparecido que ha desconcertado a los científicos de todos los tiempos desde su descubrimiento: LA PILA DE BAGDAD.
Breve historia de la Pila de Bagdad
En 1936, en Bagdad (Irak), durante unas excavaciones, se produjo un descubrimiento sorprendente: se trataba de un recipiente de arcilla, con forma de jarrón, que dataron en torno a 250 años A. de J. C. en cuyo interior había fijado un cilindro de cobre que contenía una vara de hierro. Intrigados por la naturaleza y la función del hallazgo, los investigadores no tardaron en descubrir que se trataba de un modelo primitivo de pila o batería, como así se demostró en los experimentos que se realizaron en laboratorio. Lo sorprendente era que hasta entonces se daba por hecho que la primera pila eléctrica no se produce hasta el siglo XIX. Todavía hoy se discute cuál era la función del singular hallazgo, pero lo que nadie puede impugnar es que está construida con los mismos fundamentos tecnológicos con los que la tecnología moderna, sin saber nada de este precedente, las construyó y hoy esta forma de almacenaje de energía eléctrica forma parte de nuestro entorno cotidiano, con perspectivas de nuevos usos tan espectaculares como el coche eléctrico.
La pila estaba expuesta en el Museo de Bagdad y desapareció durante los saqueos subsiguientes a la guerra de Irak (2003), sin que se sepa nada sobre su paradero hasta el momento.
En un momento dado, aparece un cuarto personaje, Mario, un hombre de indefinible edad, que parece muy interesado por seguir los manejos de la secta y que descubierto y apresado también, se integrará en el grupo, ayudándoles con su sabiduría a superar circunstancias difíciles.
En medio de la acción, va quedando patente para los jóvenes que tanto los sectarios moderados, con la bella Beatriz a la cabeza, como los integristas y, su nuevo amigo Mario, van tras la pista de un codiciado objeto desaparecido que ha desconcertado a los científicos de todos los tiempos desde su descubrimiento: LA PILA DE BAGDAD.
Breve historia de la Pila de Bagdad
En 1936, en Bagdad (Irak), durante unas excavaciones, se produjo un descubrimiento sorprendente: se trataba de un recipiente de arcilla, con forma de jarrón, que dataron en torno a 250 años A. de J. C. en cuyo interior había fijado un cilindro de cobre que contenía una vara de hierro. Intrigados por la naturaleza y la función del hallazgo, los investigadores no tardaron en descubrir que se trataba de un modelo primitivo de pila o batería, como así se demostró en los experimentos que se realizaron en laboratorio. Lo sorprendente era que hasta entonces se daba por hecho que la primera pila eléctrica no se produce hasta el siglo XIX. Todavía hoy se discute cuál era la función del singular hallazgo, pero lo que nadie puede impugnar es que está construida con los mismos fundamentos tecnológicos con los que la tecnología moderna, sin saber nada de este precedente, las construyó y hoy esta forma de almacenaje de energía eléctrica forma parte de nuestro entorno cotidiano, con perspectivas de nuevos usos tan espectaculares como el coche eléctrico.
La pila estaba expuesta en el Museo de Bagdad y desapareció durante los saqueos subsiguientes a la guerra de Irak (2003), sin que se sepa nada sobre su paradero hasta el momento.