Hubo una vez una bella joven que se quedó sin padres y se vio obligada a vivir con su madrastra y las dos hijas que ésta tenía. Como estaba a cargo de las tareas más duras de la casa, siempre se manchaba los vestidos de ceniza, y de ahí su nombre: Cenicienta. Un hada madrina se le apareció una noche y con un golpe de varita le proporcionó todo lo necesario para asistir a una gran fiesta en palacio. Sin embargo, le puso una condición: «Cuando el reloj dé las doce campanadas, tendrás que regresar sin falta»... ¡Una lectura fácil y divertida dirigida a los más pequeños!
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