¿Qué ocurriría si un astronauta volviera a la Tierra después de un largo viaje y fuera el único hombre sano capaz de engendrar? ¿Qué ocurriría si un hombre y una mujer se encontraran a millones de kilómetros de cualquier ser humano, despojados de toda influencia social y de todo lazo cultural?
El astronauta Otto Blanch despierta después de concluido su largo viaje a Europa, una de las lunas de Júpiter, pero no se encuentra en el lugar esperado. Un viejo decrépito y su hija cuidan de él en un lugar inhóspito y claustrofóbico. Los dos herméticos personajes lo mantienen aislado de los supuestos peligros que acechan en un mundo transformado durante su ausencia, sin esclarecer cuáles son sus verdaderas intenciones. Mientras el astronauta, aparente víctima de una situación abusiva y agobiante, intenta recuperar el mando de su vida, los recuerdos del viaje le obsesionan. En cierta manera, existe una relación entre los abusos de los que es víctima y los excesos que él mismo cometió.
Tanto el gran viaje a ninguna parte como el regreso a lo que ya no es nos descubren la verdadera condición del hombre cuando se encuentra desprovisto de arraigo social, su desoladora soledad y el único valor universal que prevalece y justifica todo comportamiento: la procreación.
“El astronauta” es una novela oscura e intrigante, donde se entrecruzan los instintos más primitivos con el intelecto más refinado, el uso de la violencia por la supervivencia del individuo y el sexo como la lucha por la supervivencia de la especie.
El astronauta Otto Blanch despierta después de concluido su largo viaje a Europa, una de las lunas de Júpiter, pero no se encuentra en el lugar esperado. Un viejo decrépito y su hija cuidan de él en un lugar inhóspito y claustrofóbico. Los dos herméticos personajes lo mantienen aislado de los supuestos peligros que acechan en un mundo transformado durante su ausencia, sin esclarecer cuáles son sus verdaderas intenciones. Mientras el astronauta, aparente víctima de una situación abusiva y agobiante, intenta recuperar el mando de su vida, los recuerdos del viaje le obsesionan. En cierta manera, existe una relación entre los abusos de los que es víctima y los excesos que él mismo cometió.
Tanto el gran viaje a ninguna parte como el regreso a lo que ya no es nos descubren la verdadera condición del hombre cuando se encuentra desprovisto de arraigo social, su desoladora soledad y el único valor universal que prevalece y justifica todo comportamiento: la procreación.
“El astronauta” es una novela oscura e intrigante, donde se entrecruzan los instintos más primitivos con el intelecto más refinado, el uso de la violencia por la supervivencia del individuo y el sexo como la lucha por la supervivencia de la especie.
