Las empresas que quieran competir en un futuro que cada vez nos pisa más los talones, tendrán que encargar a un nuevo profesional no solo su imagen corporativa, su presencia y visibilidad, sino a que explore los nuevos horizontes de la publicidad. Este nuevo profesional está aun en plena formación de aquello que lo convertirá en experto, todavía no termina de formarse como para poder formar a otros, por lo que todos estamos esperando que alguien tome las riendas y asume el papel de educador de esta nueva carrera que aun no tiene maestros, y si los tiene, todavía no saben cómo es que han logrado lo que han logrado. De modo que vamos a intentar recoger la información que anda dispersa y tratar de unificarla para que este manual pueda tener la forma del título que le he puesto “manual”. Nuevas formas de hacer negocios, nuevas maneras de publicar, de darse a conocer, de promocionar, de salir al mercado. En la edad dorada de la información, el conoci-miento es una herramienta más que se construye entre quienes lo busquen, ya no pertenece a un grupo arbitrario que decide quién sabe y quien no, quien evalúa y mide la capacidad o el conocimiento, la inteligencia de una persona en un sistema caduco y nulo, y que le otorga la facultad de acción y le da permiso de ejercer a través de un título obsoleto que no asegura para nada la capacidad o competencia del profesional.
Me da gusto hoy, poder afirmar que los millonarios más grandes de este momento no se egresaron en ninguna universidad y no nacieron ricos.
Albert Einstein, la mente más brillante del último siglo, se autoeducó, nunca fue a la universidad.
Sin embargo todavía hay voces que susurran en las som-bras: “si no tienes un título, no sirves para nada”, “si no estudias no serás nadie”. Afortunadamente esas voces se pierden en la realidad que les choca en la cara y les de-muestra lo equivocados que esos conceptos están.
vamos a prestarle atención al marketing en su estado puro, sin tantas vueltas y burocracias empeñadas en hacer de un proceso artístico, de un trabajo creativo: una ciencia mecanizada. En el marketing se trabaja sobre emociones y reacciones de las personas y eso no se puede medir ni predecir con exactitud. En momentos determinados se pueden prever tendencias y sacar estadísticas, pero nunca arrojarán cifras determinantes. Marketing es, sobre todo, creatividad.
¿Podrías medir qué cantidad de rojo, azul y amarillo de-bería tener una pintura para ser exitosa y venderse por millones de dólares? ¿Qué estrategia de marketing utilizó Da Vinci para lograr que La Gioconda valiera lo que vale y fuera una de las pinturas más famosas de la historia? Ninguna. No hay forma de predecir eso. Hizo lo que amaba y para lo que era un experto. No utilizó estadísticas, ni estudios de mercados. Steve Jobs decía que los estudios de mercado eran una pérdida de tiempo, porque la gente no sabía lo que quería hasta que él se los enseñaba.
Me da gusto hoy, poder afirmar que los millonarios más grandes de este momento no se egresaron en ninguna universidad y no nacieron ricos.
Albert Einstein, la mente más brillante del último siglo, se autoeducó, nunca fue a la universidad.
Sin embargo todavía hay voces que susurran en las som-bras: “si no tienes un título, no sirves para nada”, “si no estudias no serás nadie”. Afortunadamente esas voces se pierden en la realidad que les choca en la cara y les de-muestra lo equivocados que esos conceptos están.
vamos a prestarle atención al marketing en su estado puro, sin tantas vueltas y burocracias empeñadas en hacer de un proceso artístico, de un trabajo creativo: una ciencia mecanizada. En el marketing se trabaja sobre emociones y reacciones de las personas y eso no se puede medir ni predecir con exactitud. En momentos determinados se pueden prever tendencias y sacar estadísticas, pero nunca arrojarán cifras determinantes. Marketing es, sobre todo, creatividad.
¿Podrías medir qué cantidad de rojo, azul y amarillo de-bería tener una pintura para ser exitosa y venderse por millones de dólares? ¿Qué estrategia de marketing utilizó Da Vinci para lograr que La Gioconda valiera lo que vale y fuera una de las pinturas más famosas de la historia? Ninguna. No hay forma de predecir eso. Hizo lo que amaba y para lo que era un experto. No utilizó estadísticas, ni estudios de mercados. Steve Jobs decía que los estudios de mercado eran una pérdida de tiempo, porque la gente no sabía lo que quería hasta que él se los enseñaba.