Nueve relatos descendentes es, finalmente, una revelación personal en materia religiosa. En cuentos como “el Ermitaño”, Sosa nos confiesa su peregrinaje espiritual, al abandonar el dogma religioso y refugiarse en el ateísmo. Primero, tras un panorama funesto y desolador, su ateísmo funge como la ocasión para el ostracismo y el encierro social, producto del prejuicio colectivo en contra del status quo. Desde este escenario desierto, similar al laberinto de Borges, y en esta ausencia de heteronomías o fuentes externas que proveen el propósito de la vida, toma el protagonista la oportunidad para reinventarse a través del esfuerzo, para hacer uso de su libertad individual y recrear su existencia, en sus propios términos, al tomar consciencia de que no se trata de buscar el sentido de la vida, sino de inyectárselo.
Anyul Led. Rivas.
Anyul Led. Rivas.