Una historia de ciudades densas y abigarradas, donde la gente se sabe anónima en un mundo demasiado grande para almas pequeñas. Un libro poblado de personajes retratados en sus virtudes y defectos, en su afán cotidiano y en sus obsesiones, en sus aciertos y en sus errores, en la búsqueda frustrada –o el hallazgo imprevisto– de la felicidad. Pedro Ugarte vuelve a la escena del cuento con una propuesta intimista: sus páginas se revelan como una reflexión sobre la felicidad, esa percepción sujeta a todo tipo de opiniones y planteamientos.
Esta exploración se desarrolla en el paisaje de la sociedad actual, una sociedad golpeada por una crisis económica, cuyos efectos se extienden a todos los órdenes de la vida. El resultado, sin duda, es el mejor libro de cuentos de Ugarte y uno de los mejores libros que hemos leído sobre los tiempos que nos han tocado vivir. Nuestra historia.
De Pedro Ugarte se ha escrito: «Sus cuentos deben situarse entre los más personales y valiosos de los escritos por los autores de su generación», Pedro Martínez Zarracina, Territorios; «Un autor con talento para narrar», Diego Marín A., La Rioja; «Un narrador maduro y valioso, que atraerá a quienes todavía piensan que una buena historia tiene la obligación de estar bien escrita», Ignacio González Orozco, Culturamas; «Literatura de altos vuelos», Eduardo Laporte, Neupic; «Un seguro talento literario», Germán Gullón, ABC.
Esta exploración se desarrolla en el paisaje de la sociedad actual, una sociedad golpeada por una crisis económica, cuyos efectos se extienden a todos los órdenes de la vida. El resultado, sin duda, es el mejor libro de cuentos de Ugarte y uno de los mejores libros que hemos leído sobre los tiempos que nos han tocado vivir. Nuestra historia.
De Pedro Ugarte se ha escrito: «Sus cuentos deben situarse entre los más personales y valiosos de los escritos por los autores de su generación», Pedro Martínez Zarracina, Territorios; «Un autor con talento para narrar», Diego Marín A., La Rioja; «Un narrador maduro y valioso, que atraerá a quienes todavía piensan que una buena historia tiene la obligación de estar bien escrita», Ignacio González Orozco, Culturamas; «Literatura de altos vuelos», Eduardo Laporte, Neupic; «Un seguro talento literario», Germán Gullón, ABC.