¿Qué harías si tu rollo de una noche resulta ser el hijo del jefe?
Esta es una trilogía. Cada libro son 30.000 palabras. Para mayores de 18 años, debido a contenidos sexuales.
Britt se despertó en los brazos de Jack
Jack…y como quiera que sea su apellido. No tenía ni idea de quién era. Quitándose la sábana de encima, se levantó y se llevó la mano a la cabeza instintivamente. Le palpitaba como un si fuera un proyecto, sin acabar, de la construcción de una carretera y le dolían los dientes por culpa de la resaca. Arrastrándose hasta el baño con enfado, bebió agua, se dio una ducha y bebió más agua, culpándose por dejarse beber tanto.
Ella sabía que beber agua y tomar una aspirina antes de dormir ayudaba a calmar este terrible sentimiento. Necesitaba un desayuno completo, algo grande. Pero estaba atascada con este tío con el que pensó que sería sociablemente aceptable salir después de pasar una noche de sexo con él. Britt no tenía mucha experiencia con tíos de una noche, excepto por aquella vez en la universidad con aquel tío de su clase de estudios de mujeres, el del tatuaje de una placa base de disco duro en el pecho. Eso no había acabado bien, por supuesto, pero al menos había tenido la cortesía de salir de su dormitorio inmediatamente después. ¿Se suponía que tenían que desayunar juntos? ¿Unidos de alguna manera? Ella tenía trabajo. Él tenía probablemente una vida de desempleo o una práctica con la guitarra o algo. Principalmente ella necesitaba su espacio para prepararse para su día e intentar olvidar lo que había hecho la noche anterior, con un guitarrista cuyo apellido era todo un misterio, y mejor dejarlo así sin resolver. El tío era muy ardiente. Pero sabía que nunca le volvería a ver.
¿O tal vez sí?
Esta es una trilogía. Cada libro son 30.000 palabras. Para mayores de 18 años, debido a contenidos sexuales.
Britt se despertó en los brazos de Jack
Jack…y como quiera que sea su apellido. No tenía ni idea de quién era. Quitándose la sábana de encima, se levantó y se llevó la mano a la cabeza instintivamente. Le palpitaba como un si fuera un proyecto, sin acabar, de la construcción de una carretera y le dolían los dientes por culpa de la resaca. Arrastrándose hasta el baño con enfado, bebió agua, se dio una ducha y bebió más agua, culpándose por dejarse beber tanto.
Ella sabía que beber agua y tomar una aspirina antes de dormir ayudaba a calmar este terrible sentimiento. Necesitaba un desayuno completo, algo grande. Pero estaba atascada con este tío con el que pensó que sería sociablemente aceptable salir después de pasar una noche de sexo con él. Britt no tenía mucha experiencia con tíos de una noche, excepto por aquella vez en la universidad con aquel tío de su clase de estudios de mujeres, el del tatuaje de una placa base de disco duro en el pecho. Eso no había acabado bien, por supuesto, pero al menos había tenido la cortesía de salir de su dormitorio inmediatamente después. ¿Se suponía que tenían que desayunar juntos? ¿Unidos de alguna manera? Ella tenía trabajo. Él tenía probablemente una vida de desempleo o una práctica con la guitarra o algo. Principalmente ella necesitaba su espacio para prepararse para su día e intentar olvidar lo que había hecho la noche anterior, con un guitarrista cuyo apellido era todo un misterio, y mejor dejarlo así sin resolver. El tío era muy ardiente. Pero sabía que nunca le volvería a ver.
¿O tal vez sí?