Se dio golpecitos en el codo con los dedos.
—Eso no va a pasar nunca. Un tío así puede sustituirte en cuestión de segundos.
Sentí que las costillas me oprimían el pecho vacío. Me aseguré que de Kate viera lo poco que me había gustado su comentario.
—Gracias, Kate. Es maravilloso oírte decir eso.
Pero era cierto. Un hombre como Jake no preguntaba, cogía lo que quería. Sólo tenía que chascar los dedos y tendría un nuevo lote de mujeres deslumbrantes entre las que elegir. Tenía a tantas mujeres pegadas a los pantalones que no podía ni dar dos pasos en dirección contraria. Había visto hasta qué punto llegaba esa ridiculez en las galas anteriores. Doblé el cuello para analizar las finas arrugas de mis manos.
—Estoy segura de que ya tiene a una nueva colgada del brazo.
Kate se sentó al borde del sofá y miró fijamente la alfombra.
—No se ha pasado por la agencia. Está todo el mundo esperando con ansias una oportunidad para el nuevo contrato. Las chicas han estado amontonándose alrededor de Rosalyn para ver si había llamado.
El aire húmedo se volvió caliente.
Levanté la cabeza de golpe y empecé a sudar.
—¿Ha llamado?
Levantó una ceja y me lanzó un vistazo por el rabillo del ojo.
—No.
Sentí una opresión en el pecho que me cortó la respiración. Eso confirmaba mis sospechas. Sólo había una razón por la que no se había molestado en contratar a otra acompañante. Me lancé sobre un rincón del sofá y saqué un cojín de debajo de mi cuerpo para abrazarlo mientras me mordía el interior de la mejilla.
—Eso es porque ahora está con Alice.
¿Cómo iba a poder alguien como yo abrirse paso entre dos antiguos tortolitos? Ella era preciosa y era parte de la pasarela de la moda de Nueva York. Yo era lo contrario. Mis enormes caderas y pechos se bamboleaban, tirando objetos frágiles de las estanterías. Por no hablar de mi falta de altura. Todo el mundo era más alto que yo, incluso Kate. Me hacía sentir insegura e inútil el hecho de que todo el mundo mirara siempre hacia abajo para hablar conmigo. Era como ser una niña de primaria regordeta para toda la vida.
Esta novela corta romántica es perfecta para lectores de J.S. Scott y Cincuenta sombras de Grey. Sólo para adultos. Hay 12 libros en la serie.
Serie Contrato con un multimillonario: LIBRO 6
Sobre la autora
Janica escribe historias de amor picantes sobre hombres seductores y las atrevidas mujeres que se enamoran de ellos. Comenzó escribiendo historias con final feliz cuando era adolescente, pero recientemente ha empezado a incluir un toque picante en sus relatos y a publicarlos en Internet.
Está casada con un hombre que afirma ser multimillonario por derecho propio, pero que se niega a contratar a alguien que le ayude en la cocina. Ambos son unos yonkis digitales y trabajan todo el día codo con codo en un gran escritorio. Eh, pero mientras haya un cuenco con alubias de gominola entre ellos, todo va bien.
Viven en Las Vegas con un perro pomerania que se comporta como un gato.
Le encanta tener noticias de sus lectores.