A través de la mirada de Lali, una niña perspicaz y sensible, Pensión Leonardo ofrece el retrato sugerente y conmovedor de la vida en un barrio barcelonés a mediados de los años sesenta. Es además una hermosa novela de iniciación, en la que la niña aprenderá que hacerse adulta significa convertirse en protagonista y autora de su propia vida.
El mundo de Eulalia, Lali, a sus doce años, es una promesa de historias. Las de los libros y los tebeos que comparte con sus amigos, las que se cuentan por las calles del Poble Sec y en el patio de la escuela, las de los huéspedes de la pensión Leonardo. Pero también hay historias que se le ocultan: por qué sus padres renegaron de su pasado y ni siquiera conoce el nombre de sus abuelos, por qué el relato familiar empieza a partir de la llegada de su padre a Barcelona y la fundación de la pensión Leonardo.
La pensión es un establecimiento modesto, limpio y con derecho a comidas, donde se alojan ocho hombres llegados a Barcelona huyendo de las miserias del campo, desarraigados, como los propios padres de Lali. Es el centro del mundo de Lali y de sus hermanos, allí viven y trabajan, a la par que sus mayores, en un microcosmos de escaleras y habitaciones, de olor a puchero y ruidos nocturnos, de maletas y rutinas.
Pero el mundo infantil de Lali se resquebrajará cuando en él irrumpa un huésped inesperado, y con dolor vislumbre qué se escondía tras los silencios de su madre.
El mundo de Eulalia, Lali, a sus doce años, es una promesa de historias. Las de los libros y los tebeos que comparte con sus amigos, las que se cuentan por las calles del Poble Sec y en el patio de la escuela, las de los huéspedes de la pensión Leonardo. Pero también hay historias que se le ocultan: por qué sus padres renegaron de su pasado y ni siquiera conoce el nombre de sus abuelos, por qué el relato familiar empieza a partir de la llegada de su padre a Barcelona y la fundación de la pensión Leonardo.
La pensión es un establecimiento modesto, limpio y con derecho a comidas, donde se alojan ocho hombres llegados a Barcelona huyendo de las miserias del campo, desarraigados, como los propios padres de Lali. Es el centro del mundo de Lali y de sus hermanos, allí viven y trabajan, a la par que sus mayores, en un microcosmos de escaleras y habitaciones, de olor a puchero y ruidos nocturnos, de maletas y rutinas.
Pero el mundo infantil de Lali se resquebrajará cuando en él irrumpa un huésped inesperado, y con dolor vislumbre qué se escondía tras los silencios de su madre.