Una experiencia diferente en un thriller inclasificable con elementos surrealistas, psicologistas y esotéricos no exento de romance y violencia, con intriga sostenida y varias veces renovada, y un final inimaginable a todo suspenso.
Un cronista despierta como cada mañana, pero esta vez a un día diverso: comienza un capítulo donde todo en su vida se tuerce hasta hacérsele incomprensible, inmanejable… sobrenatural. Va internándose en días cada vez más difíciles con sucesos cada vez menos lógicos que no parecen conducidos por manos humanas.
Una secretaria sufre un ultraje vandálico y queda danto vueltas como un trompo, batallando con su interior para poder entender si eso acabó con ella o encontrará alguna posibilidad de ordenarse y seguir viviendo algo que se parezca a su vida, o a una vida.
Y una prostituta top con un cometido enigmático, que se vincula con un veterinario afecto a las orgías y va dando forma a lo suyo mediante la manipulación de otros, componen el terceto central de un grupo de personajes magnéticos y sorprendentes que van plegándose a una trama de misterio no policial sin trampas ni rellenos, y sin lugar para la desaceleración.
La novela está planteada como entretenimiento, pero no se queda ahí: está construida con recursos literarios que profundizan el dramatismo y con puntos de vista alternativos (narrador en segunda persona, monólogo interior) que ofrecen una lente interna a la crisis del personaje en la instancia más cruda y descarnada de la trama, su parte media.
Y esgrime también un significado, al adentrarse en los meandros de la venganza: el daño recibido genera maldad, a veces perversidad en quienes no las tienen, y represalia y castigo no siempre hacen que el otro entienda o aprenda. Pero colocan en un lugar diferente, desde el cual se pueden sacar a la luz cosas propias acaso valiosas, o ser aquello que antes permanecía inactivo o, llanamente, sepultado.
El libro es de extensión media: 50.000 palabras.
Un cronista despierta como cada mañana, pero esta vez a un día diverso: comienza un capítulo donde todo en su vida se tuerce hasta hacérsele incomprensible, inmanejable… sobrenatural. Va internándose en días cada vez más difíciles con sucesos cada vez menos lógicos que no parecen conducidos por manos humanas.
Una secretaria sufre un ultraje vandálico y queda danto vueltas como un trompo, batallando con su interior para poder entender si eso acabó con ella o encontrará alguna posibilidad de ordenarse y seguir viviendo algo que se parezca a su vida, o a una vida.
Y una prostituta top con un cometido enigmático, que se vincula con un veterinario afecto a las orgías y va dando forma a lo suyo mediante la manipulación de otros, componen el terceto central de un grupo de personajes magnéticos y sorprendentes que van plegándose a una trama de misterio no policial sin trampas ni rellenos, y sin lugar para la desaceleración.
La novela está planteada como entretenimiento, pero no se queda ahí: está construida con recursos literarios que profundizan el dramatismo y con puntos de vista alternativos (narrador en segunda persona, monólogo interior) que ofrecen una lente interna a la crisis del personaje en la instancia más cruda y descarnada de la trama, su parte media.
Y esgrime también un significado, al adentrarse en los meandros de la venganza: el daño recibido genera maldad, a veces perversidad en quienes no las tienen, y represalia y castigo no siempre hacen que el otro entienda o aprenda. Pero colocan en un lugar diferente, desde el cual se pueden sacar a la luz cosas propias acaso valiosas, o ser aquello que antes permanecía inactivo o, llanamente, sepultado.
El libro es de extensión media: 50.000 palabras.
