Este es el cuarto libro de la serie "el hada Mercurita". En esta ocasión, la traviesa hada pasa las vacaciones de verano en Taiva, acompañada de sus amigas. El conde de Taiva, Hairan Remesko, les pide que sigan aprendiendo y practicando la magia, pero en un ambiente menos favorable. Para eso, encarga a su profesora, que las lleve al cercano reino de Neiran, donde la mitad de la población no habla la misma lengua que ellas, y sus costumbres son algo distintas. Un día, dos de las amigas de Mercurita tienen unas actividades distintas a las de ella, y la pelirroja, Anasti. Ambas se dedican a practicar en Neiran, preguntando a la gente que se encuentran, en qué pueden ayudarles. De pronto, ven pasar a un ejército imperial. Mercurita siente lástima de un prisionero, y pide que lo liberen. Los reacios militares acceden, pero a cambio de que les ayude a ganar la guerra. Mercurita, al igual que todas las hadas prefiere ser neutral en asuntos bélicos, excepto cuando está en peligro la tierra que las vio nacer o les acoge. Pero temiendo que el prisionero vuelva a ser encarcelado, y tal vez, ejecutado, accede a colaborar con su amiga Anasti.
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