«Mi amor por ti es absolutamente verdadero, vívido e inalterable», le escribió Vita Sackville-West a Virginia Woolf en una de las muchas cartas que se intercambiaron. Tomando como punto de partida esas cartas íntimas y los datos biográficos de los que disponemos, Pilar Bellver ha construido una novela extraordinaria en todos los sentidos: por su deslumbrante calidad literaria; por su raro y perfecto mestizaje entre ficción y realidad y por la osadía del reto creativo al que se enfrenta como autora al atreverse a dotar de cuerpo y de voz tanto a Virginia Woolf, una de las escritoras más influyentes del siglo XX, como a su amante, Vita Sackville-West, también escritora y quizá la aristócrata más famosa de la Inglaterra de su época, una mujer con una personalidad arrolladora capaz de enamorar a Virginia y de inspirar en ella un personaje tan carismático como el protagonista de 'Orlando'.
'A Virginia le gustaba Vita' es una historia de amor real y a la vez magistralmente recreada en la imaginación de Bellver, que pretende, y lo logra, que admiremos el apasionado sentido de la libertad que llevó a Vita a tratar de conseguir el amor de Virginia saltándose todos los convencionalismos y, lo que es más difícil, que podamos colarnos dentro de la compleja mente de Virginia para entender mejor la lucha que mantuvo con sus fantasmas —físicos y mentales— a los que tuvo que vencer antes de aceptar el abrazo de Vita. Y todo dentro del rico marco histórico del período entre guerras, dentro del ambiente transgresor que unió a los miembros del grupo de Bloomsbury y sin olvidar los especiales lazos que se establecieron entre ellas y sus maridos, Harold Nicolson y Leonard Woolf.
'A Virginia le gustaba Vita' es una historia de amor real y a la vez magistralmente recreada en la imaginación de Bellver, que pretende, y lo logra, que admiremos el apasionado sentido de la libertad que llevó a Vita a tratar de conseguir el amor de Virginia saltándose todos los convencionalismos y, lo que es más difícil, que podamos colarnos dentro de la compleja mente de Virginia para entender mejor la lucha que mantuvo con sus fantasmas —físicos y mentales— a los que tuvo que vencer antes de aceptar el abrazo de Vita. Y todo dentro del rico marco histórico del período entre guerras, dentro del ambiente transgresor que unió a los miembros del grupo de Bloomsbury y sin olvidar los especiales lazos que se establecieron entre ellas y sus maridos, Harold Nicolson y Leonard Woolf.