Galardonada con el prestigioso premio Goncourt des Lycéens 2007 e instalada en las listas de libros más vendidos desde su publicación, esta última novela de Philippe Claudel continúa la senda iniciada en Almas grises: la investigación de los claroscuros del alma humana.
Apenas ha transcurrido un año desde el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman Der Anderer —el Otro, en alemán—, ha sido asesinado y todos los hombres de la localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, quien recibe el encargo de redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan comprender y perdonar». Así pues, Brodeck entrevista a los hombres más importantes del pueblo: el cura, el dueño de la fonda, el alcalde... Y cuando este último le advierte de que «no busque lo que no existe. O lo que existió, pero ya no existe», Brodeck comprende que no le conviene saber demasiado. Sin embargo, la redacción del informe lo obliga a interrogar y a interrogarse, lo que a la postre puede suponer una amenaza para él y su familia.
Considerado actualmente uno de los mejores novelistas franceses de su generación, Philippe Claudel renueva su exploración de los recodos más sombríos del ser humano y sus complejos mecanismos. Los escasos detalles sobre el lugar y el tiempo de la acción, el pausado relato del narrador y su peculiar voz, al límite de la ingenuidad, otorgan a la novela la dimensión de una parábola de enorme eficacia e intensidad, a la vez sombría y llena de esperanza.
Apenas ha transcurrido un año desde el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman Der Anderer —el Otro, en alemán—, ha sido asesinado y todos los hombres de la localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, quien recibe el encargo de redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan comprender y perdonar». Así pues, Brodeck entrevista a los hombres más importantes del pueblo: el cura, el dueño de la fonda, el alcalde... Y cuando este último le advierte de que «no busque lo que no existe. O lo que existió, pero ya no existe», Brodeck comprende que no le conviene saber demasiado. Sin embargo, la redacción del informe lo obliga a interrogar y a interrogarse, lo que a la postre puede suponer una amenaza para él y su familia.
Considerado actualmente uno de los mejores novelistas franceses de su generación, Philippe Claudel renueva su exploración de los recodos más sombríos del ser humano y sus complejos mecanismos. Los escasos detalles sobre el lugar y el tiempo de la acción, el pausado relato del narrador y su peculiar voz, al límite de la ingenuidad, otorgan a la novela la dimensión de una parábola de enorme eficacia e intensidad, a la vez sombría y llena de esperanza.