BALTASAR GRACIÁN Y MORALES (1601-1658), nació en Belmonte, cerca de Calatayud, en el seno de una familia con marcada tendencia religiosa, lo que le condujo a profesar en la Compañía de Jesús. Gracián trató de disociar su faceta de religioso de la de intelectual, razón por la cual nunca sometió sus obras a la aprobación de la Compañía, lo que era de rigor, actitud que le reportó un largo contencioso con la misma, y como consecuencia de él, avances y retrocesos en el escalafón, pues no bien había alcanzado la cátedra de Escritura en Zaragoza, dio a la imprenta el “Criticón” y ello le valió la destitución, así como una reprensión pública. Gracián concibe la existencia, tanto en lo físico como en lo moral, como una lucha sin tregua, en la que no descarta una actitud práctica, de ahí su interés por el adiestramiento del hombre con objeto de que sea capaz de sobrevivir. El secreto del éxito será el doble filo de la discusión y la prudencia. Su pesimismo radical, su humor negro y amargo, nos muestran el lado oscuro de la existencia. En palabras de Blecua: “Gracián es un intelectual puro, para quien el goce mayor reside en la inteligencia.”
“El político don Fernando el Católico” (1640). Segunda sonada ocasión, tras “El príncipe” de Maquiavelo, en que el monarca es presentado como modelo de gobernante. Aquí se trata, a la vez, de un estudio histórico y de un juicio a la persona con un propósito doctrinal; resultando, como en la ocasión anterior, un auténtico tratado de filosofía política y del arte de gobernar. Con todo, lo más sobresaliente de la obra es el estilo, natural y brillantísimo, con que está redactada.
“El político don Fernando el Católico” (1640). Segunda sonada ocasión, tras “El príncipe” de Maquiavelo, en que el monarca es presentado como modelo de gobernante. Aquí se trata, a la vez, de un estudio histórico y de un juicio a la persona con un propósito doctrinal; resultando, como en la ocasión anterior, un auténtico tratado de filosofía política y del arte de gobernar. Con todo, lo más sobresaliente de la obra es el estilo, natural y brillantísimo, con que está redactada.