Los hijos legítimos de Fiódor Pávlovich Karamázov –un «bufón», un «filisteo», un «déspota», solo en última instancia un padre– se reúnen después de haber sido educados, lejos unos de otros, en distintas partes de Rusia: Dmitri es soldado y, como su padre, bebedor, derrochador, lujurioso; Iván se ha convertido en un intelectual, el primer existencialista, según diría Jean-Paul Sartre; Aliosha ha abrazado la religión y vive en un monasterio. Ineluctablemente, la reunión familiar precipita la disolución y la tragedia.
Los hermanos Karamázov (1878-1880) fue la última novela de Dostoievski y ahora la presentamos en una nueva traducción, la primera en español en casi 50 años. Esta obra monumental cuya influencia ha perdurado hasta nuestros días ha contado con admiradores como Tolstói (un ejemplar de la novela fue encontrado junto a su lecho de muerte), Freud, Heidegger, Wittgenstein, Einstein, Sartre, Cormac McCarthy, J. M. Coetzee o Kurt Vonnegut. Este último, en su novela Matadero 5, dijo que todo lo que uno necesitaba saber en la vida se encontraba en la novela de Dostoievski.