Pentimentos es una novela romántica en la que se describen diversas maneras de entender el amor a través de las experiencias de sus personajes que están entrelazados en una sola historia. Todos ellos buscan el amor en la forma que lo conciben y reaccionan ante él de distintas maneras. En esta novela el autor trata y descubre que cuando las cosas fallan entre dos, es versión de dos. Relata la historia tal como ocurrió de una manera viva y real y al leerlo lo vuelve a vivir. Cuanta razón tiene en sus lecciones de autoestima, de paciencia, de pasión, de luchar por lo que de verdad se quiere, de perseverancia, de la importancia de la comunicación, de independencia de la persona que amamos como único pasaporte la felicidad con dicha persona. Esto hace pensar en cuántas inseguridades ajenas no captadas y mal interpretadas, cuántos miedos te han bloqueado y han podido bloquear a la persona que yo más deseaba...
Pentimentos te hará pensar en muchas cosas que tenías olvidadas. Te darás cuenta que los hombres, aunque no lo digan, también son sensibles y sufren por las relaciones amorosas; la mayoría de las no lo dicen. A veces sufren más que las mujeres.
El libro te cautivará desde el principio porque las historias que refleja: las vidas, los detalles..., te meten de lleno en él, pensando en cómo hubieras reaccionado. Te hará pensar...
Cuando crees que una persona es de tu propiedad, comienzas a perderla. Desde el momento en que empiezas a pensar así, no la cuidas, no la mimas, no te comunicas, y sin darte cuenta, dejas de respetarla. Poco a poco vas alejándote de ella, ya que piensas que es tuya y exclusivamente tuya. Das demasiadas cosas por hechas, y presumes que la otra persona pensará y actuará como tú. Al poco tiempo puede ocurrir que uno de los dos se haya hecho demasiado dependiente y deja de tomar decisiones propias. Aunque éstas sean pequeñas, no las tomará sin consultarlo primero. Su cuerpo y su alma necesitan demasiado a su pareja y dependen cada vez más, de su aprobación. Si esta relación se termina, quien se siente abandonado se acaba como persona., ya que ha convertido la relación en su máxima prioridad, descuidando aspectos vitales de su propio ser.
Nuestra autoestima se diluye y se convierte en obsesión. Pasamos a depender únicamente de la aceptación de nuestra pareja. Vivimos y morimos por ella y tenemos tanto miedo a la soledad, que convertimos nuestra vida en un continuo recuerdo y añoramiento de lo que hemos perdido. Pasamos a ser mendigos de amor y daríamos cualquier cosa por volver a ser queridos por la otra persona. Haremos todo lo que nos pida con tal de poderla recuperar. Luego cuando nos vuelve a dejar, nos sumimos en una profunda depresión, sin entender que cuando vivimos en el pasado, nos hundimos con el.
Cuando nos movemos únicamente por nuestros sentimientos olvidándonos de la razón, es como si hipotecásemos nuestra vida a la espera de lo que nunca volverá. Nos sentimos deprimidos, faltos de fe, como si una parte de nuestro cuerpo nos faltase: "Como un amor sin amado y como un dolor que sentimos en miembros que no tenemos. Es el echar de menos lo que no somos, el reconocernos incompletos" (Ortega y Gasset).
En nuestra vida tenemos que tomar decisiones y éstas, algunas veces, serán equivocadas y otras acertadas; pero al final lo que verdaderamente importa, es la actitud que mantengamos ante la vida: el cómo nos enfrentamos a las distintas circunstancias que se nos van presentando y la manera en las vamos afrontando. Vivir la vida es decidir día a día lo que vamos a ser; es como si atravesásemos un laberinto en el que nosotros decidimos el camino, pero el laberinto nos pone los obstáculos. Cada persona tiene su propio laberinto y en él nunca podremos saber con exactitud lo que nos vamos a encontrar después del siguiente paso que demos. Pero, como en la vida, tenemos distintas opciones que podemos elegir; sólo si hemos decidido primero donde vamos podremos entonces saber si hemos llegado.
Pentimentos te hará pensar en muchas cosas que tenías olvidadas. Te darás cuenta que los hombres, aunque no lo digan, también son sensibles y sufren por las relaciones amorosas; la mayoría de las no lo dicen. A veces sufren más que las mujeres.
El libro te cautivará desde el principio porque las historias que refleja: las vidas, los detalles..., te meten de lleno en él, pensando en cómo hubieras reaccionado. Te hará pensar...
Cuando crees que una persona es de tu propiedad, comienzas a perderla. Desde el momento en que empiezas a pensar así, no la cuidas, no la mimas, no te comunicas, y sin darte cuenta, dejas de respetarla. Poco a poco vas alejándote de ella, ya que piensas que es tuya y exclusivamente tuya. Das demasiadas cosas por hechas, y presumes que la otra persona pensará y actuará como tú. Al poco tiempo puede ocurrir que uno de los dos se haya hecho demasiado dependiente y deja de tomar decisiones propias. Aunque éstas sean pequeñas, no las tomará sin consultarlo primero. Su cuerpo y su alma necesitan demasiado a su pareja y dependen cada vez más, de su aprobación. Si esta relación se termina, quien se siente abandonado se acaba como persona., ya que ha convertido la relación en su máxima prioridad, descuidando aspectos vitales de su propio ser.
Nuestra autoestima se diluye y se convierte en obsesión. Pasamos a depender únicamente de la aceptación de nuestra pareja. Vivimos y morimos por ella y tenemos tanto miedo a la soledad, que convertimos nuestra vida en un continuo recuerdo y añoramiento de lo que hemos perdido. Pasamos a ser mendigos de amor y daríamos cualquier cosa por volver a ser queridos por la otra persona. Haremos todo lo que nos pida con tal de poderla recuperar. Luego cuando nos vuelve a dejar, nos sumimos en una profunda depresión, sin entender que cuando vivimos en el pasado, nos hundimos con el.
Cuando nos movemos únicamente por nuestros sentimientos olvidándonos de la razón, es como si hipotecásemos nuestra vida a la espera de lo que nunca volverá. Nos sentimos deprimidos, faltos de fe, como si una parte de nuestro cuerpo nos faltase: "Como un amor sin amado y como un dolor que sentimos en miembros que no tenemos. Es el echar de menos lo que no somos, el reconocernos incompletos" (Ortega y Gasset).
En nuestra vida tenemos que tomar decisiones y éstas, algunas veces, serán equivocadas y otras acertadas; pero al final lo que verdaderamente importa, es la actitud que mantengamos ante la vida: el cómo nos enfrentamos a las distintas circunstancias que se nos van presentando y la manera en las vamos afrontando. Vivir la vida es decidir día a día lo que vamos a ser; es como si atravesásemos un laberinto en el que nosotros decidimos el camino, pero el laberinto nos pone los obstáculos. Cada persona tiene su propio laberinto y en él nunca podremos saber con exactitud lo que nos vamos a encontrar después del siguiente paso que demos. Pero, como en la vida, tenemos distintas opciones que podemos elegir; sólo si hemos decidido primero donde vamos podremos entonces saber si hemos llegado.
