Al día siguiente me desperté a las 4:58 de la mañana y no tenía ni idea de qué me alertó, pero parpadeé para despejarme y apreté la mano en el espacio que había a mi lado.
Se había ido.
Una repentina frialdad me inundó. Me incorporé en la cama y respiré varias veces, pero mis pulmones no recuperaban el aire. ¿Habían sido mis palabras demasiado duras? ¿Lo había ahuyentado?
Me acerqué al borde rápidamente, me levanté de un salto y me dirigí al baño. Asomé la cabeza por la puerta, pero tampoco estaba allí. El corazón me latía contra el esternón mientras caminaba por el pasillo. No estaba en la cocina y tampoco en el salón.
Un silencio sepulcral inundaba todo el ático.
Mi cuerpo se estremeció y mi mente sólo farfullaba pensamientos confusos. ¿Dónde podría estar? Me dirigí de vuelta a nuestra habitación, cogí el teléfono y marqué su número aprisa, pero no lo cogió. Me mordí una uña hasta que se rompió y arranqué el resto. ¿Y si estaba herido en algún sitio, sangrando y pidiendo ayuda a gritos pero nadie le ayudaba porque nadie lo sabía?
—Basta, Chloe —susurré regañándome a mí misma. Me quedé observando la pared con la mirada perdida.
¿Habíamos vuelto a los días sin hablarnos?
Esta novela corta romántica es perfecta para lectores de J.S. Scott y Cincuenta sombras de Grey. Sólo para adultos. Hay 12 libros en la serie.
Serie Contrato con un multimillonario LIBROS 10-12: Cómo niega, Cómo la retiene Cómo gana
Sobre la autora
Janica escribe historias de amor picantes sobre hombres seductores y las atrevidas mujeres que se enamoran de ellos. Comenzó escribiendo historias con final feliz cuando era adolescente, pero recientemente ha empezado a incluir un toque picante en sus relatos y a publicarlos en Internet.
Está casada con un hombre que afirma ser multimillonario por derecho propio, pero que se niega a contratar a alguien que le ayude en la cocina. Ambos son unos yonkis digitales y trabajan todo el día codo con codo en un gran escritorio. Eh, pero mientras haya un cuenco con alubias de gominola entre ellos, todo va bien.
Viven en Las Vegas con un perro pomerania que se comporta como un gato.
Le encanta tener noticias de sus lectores.