En un día lluvioso, el joven Norman Huntley –organista de iglesia e hijo del librero de la imaginaria ciudad catedralicia de Cornford– y su amigo Henry Beddow –mecánico de coches– tienen la ocurrencia, de puro aburrimiento, de inventarse un personaje: una tal señorita Hargreaves, octogenaria, sobrina del duque de Grosvenor, intérprete de arpa, poeta, dueña de una perra y una cacatúa, e intrépida viajera que siempre va acompañada con su propia bañera.Cuál no será su sorpresa cuando, días después de tal invento, la señorita Hargreaves «en persona» se presenta, con todos sus bártulos, en la estación de Cornford.
¿Qué ha ocurrido? ¿Es esa anciana excéntrica, metomentodo y exigente, dispuesta a revolucionar la vida de todo el mundo, una alucinación o una persona de verdad?
Frank Baker escribió en 1939 esta hilarante novela que combina la comedia de costumbres británica con una aguda reflexión sobre los mecanismos de la creación literaria y los eternos conflictos entre realidad y ficción.La señorita Hargreaves no es un mero entretenimiento: es un entretenimiento con ideas.
Frank Baker nació en 1908 en Hornsey, un suburbio campestre de Londres. Hijo de un agente de seguros navales, estudió en la escuela de la catedral de Winchester y trabajó brevemente en el negocio de su padre.
Músico y organista, escribió quince novelas: la más famosa de ellas es La señorita Hargreaves (1939), que en 1952 sería llevada al teatro (protagonizada por Margaret Rutheford).Baker fue también actor, guionista de la BBC y colaborador de The Guardian y Radio Times. Otras novelas suyas son The Twisted Tree (1935) y The Birds (1936), que siempre consideró que Daphne du Maurier le había plagiado (pensó incluso en poner un pleito cuando se estrenó en 1963 la adaptación cinematográfica de Hitchcock, aunque luego desistió).
También es autor de algunos libros de memorias como The Call of Cornwall (1976). Murió en Porthleven (Cornualles) en 1982.