Juan Eugenio Hartzenbusch Martínez (1806-1880), hijo de española y de un ebanista alemán, estudió con los jesuitas en el colegio de San Isidro, en Madrid, donde se preparaba para tomar los hábitos. No obstante, careciendo de vocación, comenzó trabajando en el taller de su padre. Como consecuencia de su participación en los sucesos del trienio liberal (1820-1823), se le confiscaron los bienes y tuvo que trabajar como asalariado en talleres ajenos. Mediante un esfuerzo ejemplar, consiguió una formación superior y empezó a traducir obras del francés y a refundir comedias del siglo de oro. Al cabo se estrenó en el Teatro del Príncipe, en Madrid, “Los amantes de Teruel” con lo que alcanzó la fama. Fue presidente del Consejo de Teatros en 1852, director de la Escuela Normal en 1854 y trabajó como oficial primero a partir de 1844 en la Biblioteca Nacional, donde ascendió hasta ser nombrado director de la misma, cargo que ejerció entre 1862 y1876. En 1847 ingresó en la Real Academia.
“Los amantes de Teruel”, reelabora un tema ya tratado por Rey de Artieda en el siglo XVI y por Tirso de Molina y Pérez de Montalbán en el siglo XVII, enriqueciéndolo con elementos de carácter morisco e imprimiéndole una tensión dramática superior. Sus mayores aciertos son la utilización del tiempo y el leitmotiv de la fatalidad. Se considera como la más acabada forma de la concepción romántica del amor como verdadera vida, pintada en una atmósfera lírica y sugerente.
“Los amantes de Teruel”, reelabora un tema ya tratado por Rey de Artieda en el siglo XVI y por Tirso de Molina y Pérez de Montalbán en el siglo XVII, enriqueciéndolo con elementos de carácter morisco e imprimiéndole una tensión dramática superior. Sus mayores aciertos son la utilización del tiempo y el leitmotiv de la fatalidad. Se considera como la más acabada forma de la concepción romántica del amor como verdadera vida, pintada en una atmósfera lírica y sugerente.