«El loro de siete lenguas fue mi primera novela. No quise crear las aventuras de un personaje, sino las de un grupo de arquetipos, cada uno representando un aspecto de nuestra alma, tal como los veintidós arcanos mayores del Tarot. Y tal como el neófito que al comienzo ve en esas cartas, aparte de las calidades, una multitud de aspectos negativos para después poco a poco, a medida que va desentrañando sus símbolos, llegar a verlas en su belleza sublime, así presenté a mis veintidós artistas: al comienzo, borrachos contumaces, débiles, confusos, ajenos a sí mismos y a la realidad; luego, por necesarios azares, enfrentados con la miseria de su país, convertidos en anónimos payasos; después, en fugitivos; y por fin en héroes, que llegan a una iluminación (en el sentido de realización espiritual) que no buscaban pero que los aguardaba como ineludible meta.» Alejandro Jodorowsky
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