"No me van a creer. Estoy seguro de que no me tomarán en serio. Pero, aún así, debo escribir estas líneas para dejar constancia de la injusticia que se va a cometer conmigo. Soy inocente. Sí, absolutamente inocente y no puedo probarlo. Dentro de tres horas me van a ejecutar y voy a pagar por algo que no he hecho. Cuando lean estas líneas ya seré historia y apelo a su indulgencia para, a la vista de la historia que voy a relatar a continuación, hagan cuando esté en su mano por limpiar mi nombre y no permitan que mi recuerdo y el de mis actos se asocie al de un cruel asesino.
¿Nunca les han dicho que su cara les suena de algo? ¿Nunca les ha saludado alguien efusivamente por la calle creyendo conocerles? ¿Nadie les ha preguntado de dónde les conocen? Pues a mí sí y, para mi desgracia, en multitud de ocasiones. De acuerdo que a veces me ha beneficiado, pero no puede compensar el mal que esta circunstancia me ha infligido hasta conducirme a este corredor de la muerte, donde dentro de poco seré ajusticiado con frialdad calculada.
Ya sé que estoy divagando y sería mejor comenzar por el principio, no adelantando acontecimientos que me llevaron a esta precaria situación de la que no quiero se sientan culpables. Por eso permítanme presentarme. Me llamo Lars Lundgren y nací en el otoño de 1889 en una granja cercana a una pequeña población del Estado de Iowa, de nombre Morrisville..."
Así da comienzo esta historia, a caballo entre el suspense y lo sobrenatural, en la que su protagonista se verá envuelto en una trama rocambolesca durante el transcurso de su vida al resultar único superviviente de un trágico accidente de tren y asumir las vidas de todos aquellos que perecieron en aquél. Este hecho le acarreará sus consecuencias y éstas serán unas veces benignas y otras letales.
¿Nunca les han dicho que su cara les suena de algo? ¿Nunca les ha saludado alguien efusivamente por la calle creyendo conocerles? ¿Nadie les ha preguntado de dónde les conocen? Pues a mí sí y, para mi desgracia, en multitud de ocasiones. De acuerdo que a veces me ha beneficiado, pero no puede compensar el mal que esta circunstancia me ha infligido hasta conducirme a este corredor de la muerte, donde dentro de poco seré ajusticiado con frialdad calculada.
Ya sé que estoy divagando y sería mejor comenzar por el principio, no adelantando acontecimientos que me llevaron a esta precaria situación de la que no quiero se sientan culpables. Por eso permítanme presentarme. Me llamo Lars Lundgren y nací en el otoño de 1889 en una granja cercana a una pequeña población del Estado de Iowa, de nombre Morrisville..."
Así da comienzo esta historia, a caballo entre el suspense y lo sobrenatural, en la que su protagonista se verá envuelto en una trama rocambolesca durante el transcurso de su vida al resultar único superviviente de un trágico accidente de tren y asumir las vidas de todos aquellos que perecieron en aquél. Este hecho le acarreará sus consecuencias y éstas serán unas veces benignas y otras letales.