Leila Cavendish, era una bella joven, educada artista, y con talento, que huye de su brutal padrastro y un pretendiente no deseado, buscando refugio en casa de su tía la Baronesa Van Alnrardt, que vivía en Amsterdam, coleccionista de Arte Titulada.
Carew, era el Marqués de Kyneston, coleccionador de Arte y sólo tenía tres problemas: era demasiado rico, tenía demasiado éxito y era demasiado guapo. Sin embargo, el Marqués vivía disgustado, por haber tenido algunos disgustos de amor… y así desilusionado, se dijo, no creer más en las mujeres…
Navega hacia Amsterdam, prometiéndose, que jamás volverá a caer en la trampa del amor…
Mas el Destino tenía otros planes para el Marqués y la bella joven. Leila lo miraba con angustia, impotente para contarle la verdad del embuste que tendría que hacer, para que su tía se salvara… cuando al mismo tiempo, el Marqués había despertado en ella, la maravilla del amor eterno... y sin embargo, él era el hombre, que ella estaba a punto de engañar!
Carew, era el Marqués de Kyneston, coleccionador de Arte y sólo tenía tres problemas: era demasiado rico, tenía demasiado éxito y era demasiado guapo. Sin embargo, el Marqués vivía disgustado, por haber tenido algunos disgustos de amor… y así desilusionado, se dijo, no creer más en las mujeres…
Navega hacia Amsterdam, prometiéndose, que jamás volverá a caer en la trampa del amor…
Mas el Destino tenía otros planes para el Marqués y la bella joven. Leila lo miraba con angustia, impotente para contarle la verdad del embuste que tendría que hacer, para que su tía se salvara… cuando al mismo tiempo, el Marqués había despertado en ella, la maravilla del amor eterno... y sin embargo, él era el hombre, que ella estaba a punto de engañar!