Un policía sin demasiada experiencia se enfrenta a un caso de asesinato aparentemente sencillo. Ignora que los vecinos de la calle Armonía urden un plan que complicará mucho su investigación. Aprovecharán ésta situación para tratar de chantajear al propietario de la finca para que acepte su contra-propuesta para el desalojo del inmueble.
Ironía y surrealismo combinan acertadamente con la cotidianidad de una comunidad de vecinos que representa el acontecer actual. Los lectores podrán reconocer en cualquiera de los personajes a un vecino o, incluso, a ellos mismos.
Un desenlace sorprendente e inesperado con el que C.D. Casino sorprenderá inevitablemente al lector.