David es un joven universitario que anhela conocer a su vecina Sofía, parece un chico promedio sin embargo tiene un don, puede ver espíritus y seres que no habitan el mundo material. Inesperadamente un día se le presenta un mensajero con un mensaje sobre siete demonios que lo visitarán para cambiarle la vida.
David se encuentra en una lucha por mantener la pasión de Sofía y evitar la maldad de los demonios que cada vez afectan más su vida diaria, hasta que inevitablemente su amor por ella se cruza con el destino cruel que le prepara un desenlace perverso.
- Hola mi amor, ¿te gustaron mis besos? A mí me encantaron.
- ¿Sofía? – El joven ya estaba casi dormido.
- No, no soy Sofía, soy Lilith. – Le susurró al oído mientras se acomodaba a su lado recostándose también sobre la cama, ahora portaba un vestido verde brillante con destellos marrones, que tal como el anterior dejaba ver su delgada silueta y su perfecto cuerpo tratando de escapar de aquella ropa.
- ¿Qué quieres? – Trató de levantarse pero ella lo detuvo con su brazo sobre su pecho manteniéndolo en ese estado adormilado.
- Ya te lo dije, quiero que seas mi pareja, mi amante, quiero que me hagas el amor así como se lo harías a Sofía, sé que la deseas, y podrás tenerla complaciéndome, la verás a ella en lugar de mí te lo prometo. – Lo besó en el cuello dulcemente lo que provocó en David una gran excitación y por un momento pensó en hacerle el amor en ese mismo instante.
- Eres un demonio, nunca estaré contigo no eres material. – Aun tratando de despertar a esa somnolencia que sentía.
- ¿Estás seguro?
- Claro que lo estoy, déjame despertar, déjame estar bien consciente.
- No lo creo – Lilith se quitó lentamente el vestido que portaba dejando ver su perfecto cuerpo desnudo junto al de David, su aroma a mujer hacía confundir aún más al joven. – Hazme tuya por favor David, quiero sentirte en mí, quiero que me tomes esta noche hasta que amanezca.
- ¿Esta noche?
- Sí, sólo esta noche, para ser los dos uno solo para siempre…
David se encuentra en una lucha por mantener la pasión de Sofía y evitar la maldad de los demonios que cada vez afectan más su vida diaria, hasta que inevitablemente su amor por ella se cruza con el destino cruel que le prepara un desenlace perverso.
- Hola mi amor, ¿te gustaron mis besos? A mí me encantaron.
- ¿Sofía? – El joven ya estaba casi dormido.
- No, no soy Sofía, soy Lilith. – Le susurró al oído mientras se acomodaba a su lado recostándose también sobre la cama, ahora portaba un vestido verde brillante con destellos marrones, que tal como el anterior dejaba ver su delgada silueta y su perfecto cuerpo tratando de escapar de aquella ropa.
- ¿Qué quieres? – Trató de levantarse pero ella lo detuvo con su brazo sobre su pecho manteniéndolo en ese estado adormilado.
- Ya te lo dije, quiero que seas mi pareja, mi amante, quiero que me hagas el amor así como se lo harías a Sofía, sé que la deseas, y podrás tenerla complaciéndome, la verás a ella en lugar de mí te lo prometo. – Lo besó en el cuello dulcemente lo que provocó en David una gran excitación y por un momento pensó en hacerle el amor en ese mismo instante.
- Eres un demonio, nunca estaré contigo no eres material. – Aun tratando de despertar a esa somnolencia que sentía.
- ¿Estás seguro?
- Claro que lo estoy, déjame despertar, déjame estar bien consciente.
- No lo creo – Lilith se quitó lentamente el vestido que portaba dejando ver su perfecto cuerpo desnudo junto al de David, su aroma a mujer hacía confundir aún más al joven. – Hazme tuya por favor David, quiero sentirte en mí, quiero que me tomes esta noche hasta que amanezca.
- ¿Esta noche?
- Sí, sólo esta noche, para ser los dos uno solo para siempre…