Si al leer este libro siente un pequeño roce aterciopelado, ve una cola curvearse entre comas o escucha un suave ronroneo, usted estará siendo víctima del Gato.
El Gato se esconde tras la sintaxis de estas frases y pretende ser invisible, pero a veces deja huellas muy claras de su presencia: cambia el orden de las letras, omite lo esencial o agrega algo que no debe estar donde está. Esas son algunas de sus excentricidades. Así que, por favor, si lo percibe, ignore cualquier señal que lo delate porque sólo pretende atraparlo con la garra de su ingenio
El Gato se esconde tras la sintaxis de estas frases y pretende ser invisible, pero a veces deja huellas muy claras de su presencia: cambia el orden de las letras, omite lo esencial o agrega algo que no debe estar donde está. Esas son algunas de sus excentricidades. Así que, por favor, si lo percibe, ignore cualquier señal que lo delate porque sólo pretende atraparlo con la garra de su ingenio